El rey Juan Carlos I de España recibirá el alta médica "en tres o cuatro días" en el hospital de Madrid en el que fue sometido hoy a una intervención quirúrgica para implantarle una prótesis de rodilla, y tardará un mes o mes y medio en recuperar su actividad física habitual.
El monarca llevará muletas durante dos o tres semanas, según informó el doctor Ángel Villamor, director de la Unidad de Traumatología y Recuperación Avanzada del Hospital USP San José y responsable de la intervención.
En las próximas horas, el jefe de Estado abandonará el área de observación y será trasladado a una habitación del centro hospitalario, donde hoy le fue implantada una prótesis de titanio para sustituir una articulación deteriorada de su rodilla derecha.
El doctor Villamor precisó que podrá empezar mañana mismo a apoyar por completo el pie derecho en el suelo, caminar e iniciará "fisioterapia intensiva".
La fase de rehabilitación será domiciliaria, según señaló Avelino Barros, jefe del Servicio Médico de la Casa del Rey.
El doctor Villamor, acompañado por Barros, compareció ante los medios informativos después de visitar al Rey en el área de observación, donde contó que le ha encontrado "sonriente, muy animado", "feliz" por el resultado de la operación, "sin apenas dolores" y "muy motivado", deseando comenzar la rehabilitación "lo más pronto posible".
Respecto a si será conveniente que el rey Juan Carlos se someta en el futuro a alguna intervención quirúrgica más para paliar otras consecuencias de sus lesiones deportivas, el doctor Villamor expresó su confianza en que con los actuales tratamientos sea suficiente para responder adecuadamente a posibles molestias en el resto de articulaciones.
Los dolores que el monarca padecía en la rodilla habían sido tratados hasta ahora con ejercicio físico y terapéutico, pero en los últimos meses fueron empeorando y dificultando sus actividades físicas, por lo que se decidió programar la intervención.
El equipo dirigido por Villamor encontró durante la misma "lesiones importantes" y articulaciones "muy deterioradas", incluso con zonas de fricción directa entre dos huesos, por lo que dijo que le sorprendió que el monarca no se hubiera quejado tanto como hubiera sido razonable en vista de la situación.
La técnica empleada en el quirófano incluyó la práctica de una incisión de 10 centímetros en la rodilla para implantar una prótesis articulada de titanio, fijada por un lado en la cabeza del fémur y por el otro en el de la tibia.
Las superficies con que la prótesis se adhiere a ambos huesos están compuestas de un material poroso, similar a la estructura ósea, que facilita la adherencia, mientras que la zona central que articula el juego de la pierna es una aleación de cromo y cobalto, que favorece el deslizamiento.
La reina Sofía ha tenido ocasión de estar con el Rey poco después de su salida del quirófano y ha permanecido en el centro hospitalario casi una hora.
El monarca fue sometido a mediados del pasado mes de febrero a su último reconocimiento médico anual, en la Clínica Planas de Barcelona, y los resultados de aquellas pruebas y exploraciones resultaron "plenamente satisfactorios", según informó entonces el equipo médico.
El 30 de septiembre de 2010 había superado con éxito la última revisión postoperatoria tras la intervención quirúrgica a la que se sometió el 8 de mayo del año pasado para la extirpación de un nódulo en el lóbulo superior del pulmón derecho, que resultó benigno.
Tras ese chequeo de septiembre, el equipo médico determinó que el Rey se encontraba ya "totalmente recuperado" de su intervención en el pulmón y no requeriría mas revisiones postoperatorias.
EFE