(AFP) - La fabricante de automóviles estadounidense Chrysler pasó oficialmente a manos de la empresa italiana Fiat, que anunció el viernes que obtendría más de 50% del capital, gracias la adquisición de una parte que hasta ahora estaba en manos del gobierno de Estados Unidos.
Dos años después de haber tomado el 20% del capital y el control operacional del tercer fabricante de autos estadounidense que salía de la quiebra, Fiat anunció que va a tener el 52% del capital de Chrysler gracias al rescate del 6% todavía en manos del Tesoro americano, que ahora saldría por completo de la empresa automotriz.
En el último mes ya había aumentado su parte a 46% después de una refinanciación que permitió aliviar la carga de su deuda y rescatar 16% en Estados Unidos, Canadá y el sindicato del automóvil UAW.
El anuncio de la salida del Estado de Chrysler fue celebrada por el presidente Barack Obama, que visitó una planta del grupo en Toledo, Ohio.
“Hace dos años todavía estábamos en medio de una profunda recesión (…) y esta industria había sido particularmente afectada”, recordó Obama, que defendió la intervención del Estado federal para salvar al sector con la inyección de decenas de miles de millones de dólares.
“Hoy, los tres constructores de automóviles estadounidenses son rentables. Eso no ocurría desde 2004. Hoy, los tres constructores ganan porciones del mercado. Eso no ocuurría desde 1995″, subrayó.
“Y hoy estoy orgulloso de anunciar que el gobierno fue totalmente reembolsado de la inversión realizada bajo mi responsabilidad en Chrysler”, concluyó.
“En el momento en el que el Tesoro se libera de su inversión en Chrysler, es claro que la decisión del presidente Obama de sostener esta empresa y de reestructurarla era la indicada”, se congratuló por su parte el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner.
“Hoy, los fabricantes de automóviles estadounidenses conocen uno de los renacimientos más improbables de la historia reciente”, añadió.
Chrysler volvió a reportar márgenes beneficiosos durante el primer trimestre por primera vez desde su salida de la quiebra.
Fue uno de los únicos dos grandes constructores de automóviles, al igual que la compañía coreana Huyndai, en reportar un incremento de sus ventas en el último mes.
El rescate de Chrysler le habrá costado no obstante 1.300 millones de dólares al gobierno estadounidense sobre los 12.500 millones que inyectó para ayudarle a sobrevivir a la crisis económica.
El director general de Fiat y de Chrysler, Sergio Marchionne, subrayó en un comunicado que el acuerdo concluido con Tesoro permitía “acelerar” la integración entre ambos grupos y expresó su “gratitud” hacia la administración Obama “por haber creído, hace dos años, a la colaboración con Fiat”.
Fiat todavía espera adquirir a fin de año el 5% suplementario por el lado de Canadá y la UAW, y para entonces Chrysler ya habrá producido un coche económico basado en la plataforma de su socio italiano.
La automotriz italiana mantiene su interés en el rescate del 1,7% todavía en manos de Canadá y la provincia de Ontario. Por lo tanto sus opciones de compra le dan la posibilidad de alcanzar hasta el 70% del capital de Chrysler.
Para Rebecca Lindland, analista de IHS Global Insight, Chrysler parece finalmente haber encontrado “una buena casa” después del fracaso de las colaboraciones con el alemán Daimler y con el fondo de inversión Cerberus.
Marchionne quiere hacer de la alianza Fiat-Chrysler un grupo de envergadura mundial, capaz de competir con los más grandes grupos de fabricantes de automóviles, como el estadounidense General Motors, el alemán Volkswagen y el japonés Toyota.
Juntos, ambos grupos cuentan con producir 6 millones de vehículos al año en 2014, contra menos de 4 millones en la actualidad.