(dpa) - En ninguna de las funciones del Festival de Cine de Toronto se escucharon tantas risas como en la de “Hysteria”, la comedia romántica de la directora estadounidense Tanya Wexler, protagonizada por Maggie Gyllenhaal, sobre el nacimiento del vibrador femenino en la Inglaterra victoriana.
Después de que David Cronenberg presentara hace unos días en Toronto “A Dangerous Method”, donde retrata la relación entre Sigmund Freud, su discípulo Carl Jung y una joven paciente, Wexler presentó hoy “Hysteria”, que si bien no se centra en Freud, lleva por título uno de sus principales descubrimientos.
Sin embargo, en el film de Wexler no es el psicoanálisis la herramienta. En su consultorio, el afamado doctor Robert Dalrymple (Jonathan Pryce) aplica lo que él llama un sofisticado “masaje manual” para tratar a sus pacientes histéricas. En tiempos de gran represión sexual, el doctor Dalrymple jamás relaciona los “paroxismos” (como él los llama) que tienen sus pacientes con el placer sexual.
“Si eres una mujer en este planeta, probablemente los últimos 100 años fueron los mejores para estar viva”, dijo hoy la directora. “La mayor parte del tiempo la película es muy divertida, pero también creo que tiene que ver con la capacidad de elegir tu propio destino. Las mujeres pueden hacer ahora sus propias elecciones”.
Agotado de hacerse cargo sólo del “tratamiento”, el doctor Dalrymple toma a un ayudante, Mortimer Granville (el británico Hugh Dancy), un joven médico cansado de que la medicina se base en tónicos milagrosos y sangrías, quien descubre pronto que el método del doctor Dalrymple conlleva ciertas exigencias físicas (sobre todo manuales) que lo obligan a sumergir sus entumecidas manos varias veces al día en agua con hielo.
Por eso, inventar un dispositivo mecánico que pueda cumplir con las exigencias de las pacientes parece la mejor solución posible.
Con escenas hilarantes que incluyen las sesiones de tratamiento de las pacientes -señoras muy remilgadas que se entregan con poco disimulado entusiasmo al “tratamiento médico”- y los aparatosos experimentos mecánico-eléctricos que desarrollan Granville y su amigo (intepretado por Rupert Everett) en su pequeño piso de Londres, “Hysteria” no es sólo una comedia sobre la represión sexual y el placer, sino también sobre la evolución de la medicina y la emancipación de las mujeres
Esta lucha es representada sobre todo por Maggie Gyllenhaal en el papel de Charlotte, una de las dos hijas del doctor Dalrymple, una joven moderna con ideas socialistas, cuyo sueño no es casarse sino mantener un proyecto comunitario en los barrios más pobres de Londres y para quien las pacientes de su padre no son más que “amas de casa aburridas”.
Todo lo contrario a su contenida y pulcra hermana Emily (Felicity Jones), que parece reunir todas las condiciones deseables para una mujer de esa época.
“Me interesa la sexualidad al igual que a cualquier otra persona”, dijo hoy Gyllenhaal en Toronto, quien recordó entre risas que recibió unos 15 vibradores de regalo de dueños de sex shops y amigos desde que se supo que estaba rodando esta película. “Pero creo que incluso hoy en día la gente no habla mucho sobre vibradores y orgasmos femeninos
También Pryce rió al comentar las reacciones de sus amigos cuando les comentaba que estaba rodando una película sobre el nacimiento del vibrador femenino. “En general había una pausa y luego…’¿perdona, qué fue lo que dijiste?’”.
Para Dancy, lo más increíble del film es lo que tiene que ver con las ideas médicas de la época. “La fuente de las partes cómicas es en el fondo el hecho de que los médicos estaban diagnosticando una condición inexistente, sin lograr ver que esto no tenía nada que ver con lo sexual. Es asombroso”, agregó.