Las flores de bach, también denominados popularmente como remedios florales de Bach, esencias de Bach, etc.
Recientemente (hablamos de los últimos 40 años), poco a poco, la cultura occidental ha ido adoptando distintas posturas frente a las medicinas alternativas. Analizar esta transformación no adentraría al campo de la sociología y la historia, temas que se escapan a lo que realmente nos interesa, al menos en esta oportunidad. Pero simplemente, notamos este cambio también en la medicina y en el mundo de la salud.
Edward Bach, un médico inglés, desarrolló en el transcurso del siglo XIX, una terapia basada en las propiedades que presentan algunas flores que se encuentras disponibles en la naturaleza.
Dicha terapia estaba basada en la base de que todas las enfermedades, se originaban, de alguna forma u otra, debido a un desequilibrio de tipo emocional o psicológico, por lo cual, curando o controlando estos problemas, las enfermedades que se hubieran desarrollado posteriormente, simplemente no sucederían.
Más allá de la crítica que esta “teoría” ha recibido, se han demostrado algunos resultados en pacientes que se han sometido a terapias florales. Generalmente, los efectos son de clase placebo, aliviando situaciones de estrés y ansiedad leves. No se han podido probar resultados más profundos, luego de haber realizado distintos tipos de experimentos científicos.
Lamentablemente, más allá de la discutida eficacia, de la que hemos hablado en el párrafo anterior, existen muchos distribuidores de “Flores de Bach” caseras, sin ningún tipo de control y obviamente ningún resultado positivo. Se ha utilizado esta terapia de forma lucrativa, por muchos grupos de personas, habiendo alcanzado límites extraordinarios, con la posibilidad de provocar alergias y demás problemas en las personas que se las aplicaban.
Como ya lo hemos dicho, la comunidad científica discute vehementemente la eficacia de las flores de Bach. Los defensores de esta terapia no han podido justificar las preguntas ni las acusaciones que esta comunidad les ha formulado, contestando, como si fuera una justificación, que las flores de Bach se basaban en algo más allá de la ciencia, que los seres humanos no puede medir ni estudiar.
