En un intento drástico de contener el ascenso del franco, el Banco Nacional Suizo estableció un objetivo de tipo mínimo de cambio de 1,20 CHF por euro.
Hay preocupación generalizada de que no sólo es probable que este paso provoque una presión inflacionaria al alza, sino que también exigirá al Banco penalizar las tenencias de francos a través de rendimientos negativos.
La reacción a la vinculación del franco con el euro ha sido variopinta, y el Wall Street Journal la ha descrito como un arreglo meramente temporal.
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