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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Balza: la oposición evitará dar un brusco cambio a la política petrolera del modelo socialista

(Reuters) - La oposición evitará dar un brusco golpe de timón a la política petrolera venezolana si gana las elecciones en 2012 y optará por iniciar una transición gradual del modelo socialista impulsado por el presidente Hugo Chávez hacia uno más amigable con la empresa privada.

Tras años de silencio y exclusión, la coalición opositora empieza a esbozar un plan de ruta consensuado para el vital sector energético que plantea mantener sin cambios en el corto plazo la ley que otorga al Estado el control de los proyectos petroleros y respetar los contratos con empresas privadas.

“El próximo gobierno tiene que trabajar dentro de ciertas limitaciones, no puede atarse a cambios radicales de inmediato”, dijo Ronald Balza, coordinador del equipo económico de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en una entrevista con Reuters.

Durante sus 13 años en el poder, Chávez ha cambiado la faz del escenario petrolero venezolano con la nacionalización de grandes proyectos extranjeros y centenares de pequeñas compañías locales, y el endurecimiento del marco fiscal y operativo para incrementar la recaudación estatal.

La MUD busca unificar el discurso opositor mediante el documento “Lineamientos programáticos en política petrolera para un gobierno de unidad nacional”, que consolidaría un solo proyecto político, independientemente del candidato que gane las primarias de febrero.

Aunque todavía es un borrador, el programa apunta a una reestructuración gradual de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y a un aumento de la estancada producción petrolera del país, mientras despoja a la estatal de las múltiples funciones ajenas a su negocio medular que hoy cumple, desde el asfaltado de vías rurales hasta la distribución masiva de alimentos.

“Aumentar la capacidad de producción es algo que se puede hacer estando en el seno de la Opep. Si tienes mayor capacidad, puedes conseguir una mayor cuota de producción, pero también contribuir a estabilizar los precios”, agregó Balza.

Además, el plan contempla la revisión a fondo de los acuerdos de suministro bajo condiciones preferenciales firmados por Chávez con aliados como La Habana, que recibe unos 100.000 barriles diarios de crudo a cambio del trabajo de miles de cubanos en los populares programas sociales del Gobierno.

“Un país como Venezuela simplemente no puede mantener un acuerdo así. Es absurdo”, dijo Pedro Benítez, coordinador de la comisión de políticas públicas de la MUD.

El texto también deja la puerta abierta a posibles cambios en el marco fiscal para incentivar la inversión privada, revertir las expropiaciones de firmas petroleras venezolanas y la posible reincorporación de los trabajadores de Pdvsa, que fueron despedidos por secundar el paro petrolero de 2002-2003.

Estrecho margen de maniobra

Mientras los técnicos de los partidos buscan forjar el acuerdo, los candidatos opositores aún se muestran ambiguos respecto a sus planes para la principal industria local, que inyecta más del 95 por ciento de los dólares que circulan en la economía y soporta la mitad del gasto público, y sus consecuencias sobre los programas sociales.

Todos prometen mantener el gasto social y mejorar las “misiones” financiadas por la renta petrolera, pero ninguno se ha pronunciado claramente sobre cómo gestionaría las clínicas gratuitas atendidas por cubanos o los programas de productos y servicios subsidiados.

Chávez los acusa de planear la venta de Pdvsa al “imperio estadounidense” y de querer desmantelar los millonarios planes pagados por el petróleo, en un intento del mandatario por contrarrestar el creciente descontento de los venezolanos por el crimen, la inflación y los malos servicios.

El líder izquierdista de 57 años cuenta con una popularidad cercana al 50 por ciento apoyado en sus programas sociales dirigidos a la mayoría pobre del país. Sin embargo, la intención de voto a su favor es 10 puntos menor.

“Se incluyeron medidas consideradas impopulares -alza del precio de la gasolina, reestructuración de las misiones (programas sociales), etc- pero siempre poniendo primero que todas esas medidas sean graduales y protegiendo a los más vulnerables”, agregó Balza, sin dar más detalles sobre el tema.

La oposición parece tener claro que, aunque lograse la victoria en los comicios, enfrentaría un país dividido, con una fuerte presencia del chavismo en las instituciones -especialmente en la poderosa Pdvsa y en las Fuerzas Armadas- y con una amplia mayoría en el legislativo al menos hasta 2014.

Ante este estrecho margen de maniobra y el imprevisible escenario político, la MUD busca mantener un enfoque pragmático y evitar atarse de manos en las cuestiones petroleras más espinosas.

“Lo político va a privar sobre lo económico por varios años. No nos queda otra. La política no es lo que uno quiere, sino lo que uno puede hacer”, concluyó Benítez.