Hay instituciones que para ganar posiciones de mercado, como por ejemplo en créditos o captaciones del público, tienen que sacrificar cierto margen financiero, lo que incide en la rentabilidad y en los beneficios. Hay otros bancos en los que en sus modelos de gestión, su gran preocupación es la rentabilidad y no el tamaño del mercado.
Pero cualquiera que sea el punto de vista, la gestión bancaria tiene que venir acompañada de un manejo adecuado del riesgo, en toda su extensión. El riesgo en el crédito, en primer lugar, y en las inversiones en valores, en segundo lugar, es lo que nos permite medir la calidad del activo de un banco. Esto no excluye la atención que hay que dedicarle a la adecuada administración de los otros tipos de riesgo tales como, tecnológicos, legales, estructurales, operativos (liquidez, mercado, tasas de interés, concentración, cambiarios) y físicos, principalmente.
En Aristimuño Herrera & Asociados, siempre hemos asumido la clara posición de que el modelo ideal del negocio bancario es el que sabe combinar la rentabilidad financiera con la rentabilidad social y lo más significante: estar dirigido a poner en práctica la financiación responsable y tener en cuenta una aproximación al negocio bancario que compatibilice la rentabilidad económica con la rentabilidad social. En fin, la rentabilidad social es un gran soporte para apalancar la rentabilidad financiera y remunerar de manera adecuada a los accionistas una vez dedicada la adecuada capitalización. Bajo ninguna circunstancia son excluyentes.
A la banca venezolana la sentimos cada vez más comprometida en este sentido, asumiendo con clara responsabilidad el manejo de sus instituciones y generando unos estados financieros mensuales donde se percibe la responsabilidad profesional y la búsqueda de ser cada vez más eficientes dentro un marco de gestión altamente regulado.
Conozcamos a los bancos venezolanos líderes en siete importantes rubros y aquellos que en los últimos doce meses han tenido una destacada participación en estas mismas cuentas e indicadores.
Fuente: Aristimuño Herrera y Asociados
