Caracas, 11 de mayo de 2016.- “Venezuela, es una verdad axiomática, necesita liberarse. Sólo liberada podrá usar sus grandes riquezas para construir su vida propia. La única forma, el único camino para que ello sea posible es a través de una Democracia Revolucionaria y Antiimperialista, más allá de una coalición de partidos con igual o parecido contenido social, sino una unión de las clases populares, de los movimientos sociales, para conformar una sola clase de hombres y mujeres donde todos sean Ciudadanos como pregonaba Bolívar, con instrumentos armados revolucionarios para enfrentar con éxito y derrotar las presiones de las clases apátridas desplazadas y su eterna violencia”.
Es uno de los postulados dispuestos por el intelectual y combatiente Fabricio Ojeda, en su obra “La guerra del pueblo”,  uno de los numerosos textos que inspiró al líder Hugo Chávez en una idea vital: la unión cívico-militar.
Después de largas andanzas con los líderes del Partido de la Revolución Venezolana (PRV) y de la Causa Radical (Causa R), Ojeda entendió que el factor militar en estos proyectos era considerado como factor de fuerza para la toma del poder, estas concepciones lo obligan a reflexionar en el sentido de fortalecer el movimiento militar hacia adentro del ejército, inspirado en las tesis de Claude Heller que consideraba el ejército como agente del Cambio Social.“Una de las cosas para las que, creo yo, serví en estos años. Sigo sirviendo, creo, sin duda, y quiero seguir sirviendo en ese logro: es la unión de los civiles con los militares, eso es vital y hay que seguirlo alimentando, la unión entre civiles y militares porque nos tenían separados. La burguesía que aquí mandaba nos utilizaba a nosotros los soldados contra el pueblo pobre y explotado, ahora los soldados venezolanos aquí estamos y hemos decidido, para siempre, seguir el mandato de Simón Bolívar, unirnos a nuestro pueblo para lograr, ahora sí la definitiva independencia nacional, la liberación nacional. Por hoy y para siempre", resumió el Comandante en 2011.
Decía Heller: “En aquellas circunstancias en que los militares consideran el liderazgo civil como corrupto, incompetente o de algún modo incapaz de hacer frente a las tareas fundamentales de gobierno, aumenta correlativamente su motivación para desempeñar ellos mismos tales funciones”.
Estas lecturas impactaron al  Comandante Chávez que había presenciado el contexto degradado y corrupto de la Venezuela del Siglo XX. Por eso dirige todos sus esfuerzos a consolidar el Ejército Bolivariano Revolucionario-200, que se convertirá después en MBR-200 y protagoniza la insurrección militar del 4 de Febrero de 1992.
Los sectores civiles no concurrieron a esta insurrección militar, incluso algunos que estaban convocados como La Causa R, el movimiento no logró los objetivos porque no tenía acompañamiento civil. Así había fracasado el pueblo en su insurrección popular del 27 de Febrero de 1989, por tener las fuerzas militares en su contra que operaron como agentes de la represión más brutal conocida en la historia de Venezuela.
Tuvieron que presentarse los acontecimientos del golpe de Estado del 11 de abril de 2002, con el derrocamiento y secuestro por parte de la oligarquía apátrida aliada con imperialismo yanqui del Comandante Chávez, para que de una manera coyuntural se diera la ansiada alianza cívico-militar: pueblo y fuerzas armadas se aliaron para restablecer el gobierno revolucionario y rescatar al Comandante Chávez.
A partir de este momento histórico, la Revolución venezolana se comienza a consolidar amparada en esa alianza, que tiene rango constitucional en el principio de la corresponsabilidad en la Defensa Integral de la Patria estipulado en el artículo 326, que nos obliga a mancomunar esfuerzos para dar cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia.
La Milicia
El principio de corresponsabilidad se ejerce sobre los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar. Por otra parte, esta alianza cívico-militar comienza a tener expresión institucional con la creación de la Milicia Nacional Bolivariana:
El Comando General de la Reserva Nacional y Movilización Nacional fue creado en fecha 02 de abril de 2005. Posteriormente, el Comando sufrió un cambio de denominación, por lo que en la actualidad se llama Comando General de la Milicia Bolivariana a partir del 11 de abril de 2009.
La Milicia Nacional Bolivariana es un cuerpo especial organizado por el Estado Venezolano, destinada a complementar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en la defensa integral de la Nación, para contribuir en garantizar su independencia y soberanía.
Tiene como misión entrenar, preparar y organizar al pueblo para la defensa integral con el fin de complementar el nivel de apresto operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, contribuir al mantenimiento del orden interno, seguridad, defensa y desarrollo integral de la nación.
De esta manera se comienza a organizar el pueblo en armas como era el sueño de Fabricio Ojeda y del Comandante Chávez, la Milicia Bolivariana forma parte del Legado que nos dejó el comandante Chávez para concretar la unidad cívico-militar para la Defensa Integral de la Nación.
Este concepto no significa pueblo en armas para ejercer la violencia. Es conocimiento de las armas, de las estrategias, de las tácticas, de los secretos de la resistencia popular que es la única alternativa para derrotar la maquinaria de guerra imperialista conocida ahora como el complejo militar-industrial estadounidense.
"Por eso, es tan importante el pueblo y sus soldados, los soldados y su pueblo. El 13 de abril, a consecuencia directa del 11, se concretó, yo creo, se conjugó la ecuación, la ecuación perfecta: la unión cívico-militar", dijo el 11 de abril de 2012 el comandante Chávez
En enero de 2015, Eleazar Díaz Rangel, destacó que “el pueblo ha madurado, y que ante las pretensiones de la derecha de convocar a un paro, se demostró que la mayoría de los venezolanos apuestan por la paz”.
Aseguró que no cree que la derecha esté en capacidad de repetir estas acciones, ya que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y el Gobierno están alerta. "La Fanb desde su institución está bien identificada con este proceso", ha sostenido, por su parte, el periodista Eleazar Díaz Rangel, en enero de 2015.
En la unión cívico–militar "hay una fuerza capaz de consolidar y sostener este proceso". El sólido binomio entre el pueblo y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana constituye una genuina expresión del sentido de Patria, que, con una amplísima solidaridad internacional, servirá para derrotar las conspiraciones e intentos golpistas de los mismos sectores de abril de 2002, que recurren sistemáticamente a atajos para violentar la Constitución, afirmó, en  marzo de 2015, el destacado comunicador social José Vicente Rangel.
Como bien lo expresa Jacinto Pérez Arcay en su obra Hugo Chávez, alma de la Revolución (2013, p.543), “la Patria reclama ser amada para saber cómo, cuándo y dónde defenderla”.
El Caracazo
El ministro de Defensa del gobierno de CAP, Italo del Valle Alliegro, anunció la noche del 28 de febrero, por decreto número 49, la suspensión de las garantías constitucionales.
En una nota de marzo de 1989, el semanario Tribuna Popular denunció los abusos criminales perpetrados por efectivos de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN): “Hechos que cabe atribuir no ya al nerviosismo o la inexperiencia de algún recluta, sino a una decisión de castigar de la manera más violenta a un pueblo que protesta, legítimamente, ante una situación insostenible e insoportable de degradación de sus niveles de vida”.
En el editorial del semanario se agregó: “No pueden existir excusas, en un régimen que se proclama democrático, para el ametrallamiento de edificios, bloques, ranchos y barriadas enteras”.
Por otro lado, el editorial de Sic de abril de 1989 también describió los sucesos de entonces: “Durante la semana del 27 el pueblo actuó desarmado… La cuestión no eran los ricos sino las cosas que necesitaban y con las que siempre habían soñado y en definitiva la cuestión eran las reglas de juego que no sólo los condenaban en el presente sino que les mataban la esperanza”.
CAP refirió que el estallido social se debió a una guerra de los pobres contra los ricos, cuando en realidad la protesta se produjo porque el pueblo estaba pasando hambre: familias venezolanas se alimentaban con “perrarina” y a los más pequeños les hacían teteros con agua de espaguetis.
El editorial de la revista SIC continúa así: “Los de mayor poder adquisitivo, sin embargo, se vieron a sí mismos como los enemigos del pueblo: unos abandonaron inmediatamente el país, o al menos pusieron a sus hijos a salvo, y otros se aprestaron militarmente para la autodefensa. No hubo, claro está, ningún ataque del pueblo, como habrían señalado altos funcionarios de aquel gobierno.
El fotógrafo venezolano Francisco Solórzano recalcó recientemente, en el espacio Política en el Diván, de VTV, que la orden dada por el gobierno del adeco Carlos Andrés Pérez a los cuerpos de seguridad del Estado el 27 de febrero de 1989, fecha que inició El Caracazo, fue masacrar al pueblo venezolano que salió ese día a las calles para manifestar su repudió contra las medidas neoliberales impuestas por el Ejecutivo con acuerdo del Fondo Monetario Internacional (FMI).La arremetida vino por la acción combinada de la policía y el Ejército porque el enemigo era el pueblo. De hecho, todos los muertos eran civiles. Se dispararon más de cuatro millones de balas. Porque el objetivo no era controlar la situación sino aterrorizar de tal manera a los vencidos que más nunca les quedaran ganas de intentarlo otra vez”, citó el editorial de Sic.
¿En qué se diferencia la Fuerza Armada del pasado con la Fuerza Armada actual? Le consultó un periodista al ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, en un programa de radio, en marzo de 2016:
“La diferencia fundamental radica en el vínculo que se tiene con el pueblo. La Fuerza Armada del pasado, se caracterizaba por su distanciamiento del mundo civil, parcelando, dividiendo, colocando de un lado a los civiles y del otro a los militares. Inyectaron en la consciencia del militar un marcado menosprecio hacia 'el civil'; siendo una costumbre muy practicada para insultarlo o humillarlo, la de decirle despectivamente “civil”. Se aisló por completo a los hombres del pueblo para ponerlos al servicio de un pequeño sector poderoso de la sociedad. Además, se les enseñó a reprender, a perseguir, a castigar, a torturar para mantener el estatus quo de quienes ostentaban el poder económico en el país. Esa Fuerza Armada fue la que salió a masacrar al pueblo venezolano aquel fatídico 27 de febrero de 1989. El derramamiento de sangre que enlutó a los hogares más humildes de Caracas, y que fue denominado como “El Caracazo”, generó un estallido social como consecuencia de las medidas neoliberales implementadas por el gobierno de turno. Vale señalar que la otrora Fuerza Armada que salió a reprimir los hechos violentos  que se suscitaron para ese momento, obedeció al cumplimiento de  una política de Estado, emanada  por la dirigencia política de ese momento,  violando los derechos humanos de centenares de venezolanos que se lanzaron  a las calles a exigir justicia social, inclusión y bienestar común”.
“27 años después, el país cuenta con una Fuerza Armada totalmente diferente, que de la mano del Comandante Supremo Hugo Chávez comenzó su transformación, y que a través de los años ha reflexionado sobre su vínculo con el pueblo, lo que ha permitido verse desde una perspectiva netamente humanista, con profunda convicción pacifista, democrática, popular, antiimperialista, bolivariana, altamente  respetuosa de los derechos humanos que resguarda y proteje el bienestar de los ciudadanos”.
“Una Fuerza Armada Nacional Bolivariana que hoy en día está junto al pueblo, forjando la refundación de la patria, en plena concordancia con la misión que nos asigna taxativamente el artículo 328 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”.
“Justamente, el pasado sábado 27 de febrero, la FANB, en aras de construir la Venezuela Potencia, lanzó el Plan Agroproductivo Zamora Bicentenario, que -lo comenté anteriormente- fue diseñada como una herramienta económica, para impulsar la producción agroalimentaria, acuícola y pesquera, para asegurar corresponsablemente la seguridad y soberanía alimentaria, dentro de la perfecta armonía de la unión cívico militar,  en el marco del modelo agrario socialista  y el Plan de la Patria 2013-2019, con la activa participación de su cuerpo especial, la Milicia Bolivariana”.
“En fin, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana  está consciente de su papel en esta cruzada histórica de nuestra Patria, por lo que estamos llamados a seguir orientando los esfuerzos a la capacitación de los hombres y mujeres, en materia de derechos humanos,  a velar por la puesta en práctica de los instrumentos legales que garanticen  los derechos fundamentales de la población venezolana; así como también a contribuir  -en pleno- con el desarrollo nacional”.