Para que el periodista, exembajador en Grenada y analista político chavista Alí Díaz pudiera llegar al lugar de la entrevista tuvo que hacer un rocambolesco rodeo de Caracas por callejones tortuosos, saltar sobre ramas, apartar con sus propias manos planchas de zinc y cachivaches de todo tipo abandonados en barricadas de las que sólo quedaban el humito y las cenizas, y al fin, cubrir un trayecto en tres horas que en un día promedio sólo consume si acaso 30 minutos. Es la prueba de la situación excepcional que atravesamos.
Alí Díaz es un ucevista de pura cepa, el símbolo de una década -los 80 del pasado siglo- en que el estudiantado de la “Casa que vence las sombras” era “ñángara” por naturaleza, compartiendo luchas codo a codo con quienes hoy son gobierno. Muchas aguas han corrido bajo los puentes, pero las de Alí -a diferencia de las de Heráclito- son las mismas de sus años de juventud: una pasión inextinguible por la izquierda. Fidelidad llaman a eso.
-El secretario de Estado norteamericano John Kerry anunció que EE UU estudia mediación en Venezuela con ayuda de Colombia y otros países. ¿La estima pertinente?
-Sumamente impertinente. Es totalmente descabellada ya que Colombia no ha podido resolver sus problemas de violencia desde hace más de 50 años. Es decir, ni sus problemas con las Farc, el narcotráfico ni con los paramilitares. Además, no puedo entender que Kerry esté llamando como mediador a un Estado como el de Colombia que le pidió al presidente Chávez que lo ayudara en sus diálogos de paz entre la guerrilla y el gobierno.
-Los mismos EE UU acaban de poner a Venezuela en la lista negra de DD HH junto a Ecuador y Cuba. ¿Es una raya más para un tigre?
-La razón de esa medida es que nuestro comandante supremo Hugo Chávez creó la Celac y el gobierno norteamericano se siente excluido de las decisiones de nuestros países. Respecto a los derechos humanos, si eso es una raya más para un tigre, entonces también es una raya más para una cebra como los EE UU que ha violado todos los derechos humanos en Guantánamo, Irak, Afganistán y los demás países que ha invadido.
-Lo que sí es cierto es el tremendo éxito obtenido por los supuestos planificadores de esta ola de violencia al acudir, en el exterior, a una serie de artistas internacionales de peso para posicionar la matriz de opinión “Venezuela, país violador de los derechos humanos”. El gobierno de Maduro arguye que la violencia no ha sido impulsada por el proceso revolucionario sino por grupúsculos de extrema derecha. Aun así, el éxito mediático les ha correspondido a los opositores. ¿Cómo valora estos hechos?
-Lo que sucede es que muchos artistas se hacen parte de una ola de manipulación mediática que los lleva a hablar de Venezuela sin saber de lo que hablan. Eso da pena. Muchos se “informan” -en realidad se malinforman- como lo hizo Rubén Blades a través de su amigo César Miguel Rondón.Así cualquiera pierde la brújula. Aquí la mecha de la violencia la prenden los grupitos de terroristas callejeros, pero las redes sociales han lavado el cerebro a una parte de la ciudadanía que cree todo lo que sale por ellas.
- ¿Y todo lo que se tuitea no es real?
- No. Se han descubierto fotos montadas en las redes sociales que eran de 2010, cuando existía la Policía Metropolitana, brazo armado del hoy alcalde mayor, el abuelo Antonio Ledezma. También tuitearon fotos de Egipto, Ucrania, Grecia, España y Chile, haciéndolas pasar por “imágenes de estudiantes venezolanos reprimidos salvajemente”. Las protestas en Chile contra el privatizador Sebastián Piñera eran a favor de la gratuidad de la educación universitaria, algo que conseguimos aquí hace 15 años con la revolución bolivariana. A ellos sí se les violaron los derechos humanos.
- ¿Y a los de aquí no?
-Hasta el momento en que estoy dando la entrevista no hay ningún estudiante detenido que no lo haya sido por alterar el orden público. Los arrestados lo han sido por poner barricadas en las calles, destrozar instituciones públicas, incendiar carros que estaban al servicio del pueblo como los de Cantv, Corpoelec, Mercal y Pdval.
- ¿Quiere decir que un estudiante que destroza, impide el libre tránsito y quema bienes públicos no puede alegar su condición de estudiante para exigir un trato pacífico de las fuerzas del orden?
- No, no puede hacerlo. Desde el mismo momento en que empieza a destruir, un estudiante deja de serlo para convertirse en un desadaptado social y debe pagar con todo el peso de la ley, caiga quien caiga.
- Voceros opositores culpan de la violencia callejera a los colectivos revolucionarios como los Tupamaros o La Piedrita, aquí en Caracas. Sin embargo, el secretario general de Tupamaros, José Pinto, sostiene que eso “es parte de una gran conspiración para satanizar a los colectivos sociales”.
- ¿Por qué cuando se habla de colectivos, siempre los estigmatizan como violentos?
Hay colectivos pacíficos que tienen que ver con el arte, el deporte, la cultura en general, pero los quieren satanizar de la misma forma como lo hicieron con los Círculos Bolivarianos en 2002. No tengo duda de que hay infiltrados dentro de los colectivos y hay ultraderechistas que juegan a una matazón entre los venezolanos para que pueda existir una intervención extranjera.
- ¿Leopoldo López le movió el piso a Maduro?
-Sí, y era parte del plan que los cuerpos de inteligencia venezolanos no descubrieron a tiempo. Sabían que venía un golpe, lento pero seguro, de parte de los grupos de ultraderecha y no tomaron los correctivos precisos para detenerlos.
- Rafael Poleo escribe que “el pleito entre Capriles y Leopoldo López envenena todo lo que hace la oposición”.
- Siempre han tenido diferencias. Por eso sale López de Primero Justicia, para convertir a su partido Voluntad Popular (VP) en lo que es: el brazo armado de la ultraderecha venezolana.
- ¿Está a favor de su inhabilitación, como hizo Rómulo Betancourt con el Partido Comunista en 1962?
- No solamente hay que inhabilitarlo sino ponerlo tras las rejas para que asuma su responsabilidad de querer dar un golpe de Estado en Venezuela, al decir que esto se acabaría cuando saliera el presidente Maduro de Miraflores. Hay que recordar que, después de la muerte de nuestro comandante supremo, se comenzó a fraguar el exterminio del proceso revolucionario. Lo que se les olvidó es que Chávez dejó una patria y un legado. Hoy en día todos somos Chávez y saldremos a defender este proceso con ideas, con discusión, con debates, y no con las armas como lo quisieron hacer los “tres mosqueteros” cuando llamaron el 12 de febrero al incendio de Venezuela: María Corina Machado, Ledezma y Leopoldo López, que eran los que estaban en la tarima de la Plaza Venezuela.
-¿Descarta el uso de las armas para defender el proceso revolucionario?
-Totalmente.
- ¿La derecha pudiera volver?
-A comer hallacas en diciembre.