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sábado, 14 de septiembre de 2013

INTERNACIONALES

Baviera, último test en la lucha por la cancillería entre Merkel y Steinbrück

Baviera, último test en la lucha por la cancillería entre Merkel y SteinbrückBaviera celebra mañana elecciones regionales, lo que confiere al "Land" identificado con el conservadurismo, la prosperidad y la "Oktoberfest" aires de último test en el pulso entre la canciller Angela Merkel y el aspirante Peer Steinbrück ante las generales del 22 de septiembre.

A los 9,5 millones de electores bávaros se les asignó la doble tarea de elegir su cámara regional y, a la vez, de actuar de faro en la lucha por la cancillería, el domingo siguiente, por mucho que su "Land" (estado federado) no es un espejo fiel del panorama sociopolítico del país. 

La Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), hermanada con la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, es la fuerza dominante del estado donde tienen su sede algunos grandes consorcios alemanes -como BMW, Audi y Siemens- y cuyo índice de desempleo -3,6 %- es aproximadamente la mitad que en el resto del país. 

Así ha sido durante décadas y nadie duda que así seguirá siendo tras las regionales, donde el líder del partido y primer ministro, Horst Seehofer, aspira a recuperar para la CSU la mayoría absoluta perdida en los comicios de 2008. 

El término alternancia en el poder no afecta a Baviera y los sondeos ante sus regionales pronostican un 48 % para la CSU, frente al 20 % del SPD, un 10 % para los Verdes y un 8 % para los "Freie Wähler" -o Electores Libres, escisión euroescéptica de la CSU-. 

La incógnita en Baviera es si Seehofer logrará la mayoría absoluta y, más relevante aún a escala federal, si sus socios de gobierno del Partido Liberal (FDP) -aliados de Merkel en Berlín- defenderán su condición de parlamentarios. 

Los sondeos bávaros les sitúan por debajo del 5 % mínimo para obtener escaños, lo que de producirse sería el foco de los comentarios en la recta final ante las generales. 

Algunos expertos consideran que quedar fuera en Baviera podría incluso beneficiar a los liberales, porque movilizaría a su electorado -o también al de la CDU- para impedir la debacle del partido bisagra por excelencia del panorama alemán, presente en 17 de los 22 gobiernos federales de su historia. 

El FDP parece no confiar mucho en el presunto efecto favorecedor de una derrota, ya que desde hace días tanto su líder y ministro de Economía, Philipp Rösler, como su candidato a las generales, el veterano Rainer Brüderle, repiten que lo que ocurra en Baviera no tendrá proyección alguna a escala federal. 

Lo cierto es que a Merkel no le interesa ni que Seehofer arrase ni, menos aún, que se desate el pánico en el FDP.

Seehofer ha basado su campaña en consignas populistas que Merkel ha rechazado de plano -como la implantación de un peaje en las autopistas solo para conductores extranjeros-. 

Un envalentonamiento de los hermanos bávaros, mucho más derechistas que la CDU, no es algo que pueda desear la canciller. 

El lunes, tanto Merkel como Steinbrück prenderán los cartuchos de la fase álgida de sus campañas, que entrarán en la recta final más animadas de lo que han sido las semanas precedentes sin sobresaltos. 

A Steinbrück le persigue su propia imagen -la foto con el dedo el corazón alzado que ilustra un suplemento semanal-, mientras que sobre Merkel se ciernen unos sondeos donde su mayoría aparece cada vez más precaria. 

Según una encuesta de Forsa, dos tercios de los ciudadanos -un 62 %- reprueban el gesto del candidato, por considerarlo impropio de alguien que aspira a representar a Alemania. 

En los últimos sondeos, el viernes -es decir, antes del revuelo causado por la polémica foto-, la CDU/CSU aventajaba en 14 puntos al SPD de Steinbrück -40 % frente al 26 %-. 

Sin embargo, la fragilidad liberal -un 6 %- colocaba al frente oficialista en un 46 %, apenas un punto por encima de un hipotético bloque opositor, integrado por socialdemócratas, verdes y La Izquierda.EFE