Ana Blanco, la madre de la modelo zuliana Karen Blanco narró los últimos momentos que vivió junto a su hija. "La justicia que pido es la divina, esa justicia va a llegar, yo todo se lo dejo a Dios. Mi hija representaba todo para nosotros", dijo con tristeza en un trabajo especial del Diario Panorama.
Ella era la mayor de cinco hermanos y todo lo que tenía era para ellos. Era muy buena hija, buena hermana, buena amiga. Una muchacha que lo que tenía lo tuvo por su trabajo. Queremos dejar claro que ella no estaba metida en nada irregular.
El lunes, ella salió de compras temprano, fue a comprar una tarjeta para esos 15 años que tenía, incluso no tenía muchas ganas de salir porque me dijo: ‘¡Ay mami!, unos 15 años hoy lunes?’.
Sin embargo, se animó y salió. Se vistió como siempre se vestía, bonita, elegante. Se fue como a las 10:00 de la noche.
Sí hubo una llamada, se la hizo a su cuñada, mi yerna, a las 3:00 de la mañana, pero no era ninguna llamada de angustia ni para informar sobre algo malo.
Simplemente, ella llamó como lo hacía siempre. Siempre me llamaba y me decía: ‘Mami, ya voy para allá; mami, esperáme; mami, no me esperéis’. Sino llamaba a sus hermanos para que le abrieran el portón. Pero como yo no tenía teléfono, no me llamó a mí sino que la llamó a ella (su cuñada), para que me dijera a mí.
Lo que pasó fue que mi yerna nunca me avisó, porque al colgar la llamada, supuestamente, se quedó dormida. Luego en la funeraria me dijo: ‘Disculpáme, disculpáme que no te avisé’.
No creo que ella presintiera algo sobre su muerte, sólo que era una persona muy juguetona y a veces decías unas cosas? (relacionadas con su muerte). Por ejemplo a su peluquera le dijo: ‘Cuando me vayan a enterrar, me tenéis que arreglar las uñas’, y fíjate lo que pasó, son cosas que uno habla y suceden.
No sé cuánto tiempo de relación tenía mi hija con ese señor, porque no lo conocí. Lo conocí cuando salió en prensa. En realidad, no lo conocía. Sabía que tenía un pretendiente, porque un día vi una foto y le dije: ‘Karen, ¿y él quién es?, y ella me dijo: ‘¡Ay mami, ése es mi novio!’.
Si sé que él llegaba a buscarla al estacionamiento, pero a la casa no.
Unos familiares nuestros fueron quienes se enteraron de su muerte por la radio, ellos nos avisaron a nosotros del crimen, a esa hora (6:30 am) yo me estaba levantando para llevar a mi nieta al colegio.
Karen era una muchacha muy alegre, feliz, siempre salía con su sobrinita. Sólo le faltaba pasar las materias de inglés para graduarse en Comunicación Social, pues en verdad esa era lo que más le costaba.
A ella le gustaba organizar eventos, fiestas, hacía arreglos florales. En eso pasaba la mayoría del tiempo. Incluso ahorita estaba organizando los 15 años a su hermanita menor.
Tenía un proyecto profesional, que era irse a trabajar a Miami, en Univisión. Me dijo: ‘Mami, tengo un contrato, me voy’. Creo que iba a viajar esta semana, pero pasó ésto.
Su sustento era el comercio, ella viajaba a Panamá y compraba cosas para vender, perfumes y ropa. Incluso me dijo que iba a volver a vender juguetes, pues cuando ganó en Malasia el concurso trajo un contenedor de juguetes, desde Panamá, y los vendía para los días del Niño y Navidad. Este año quería tener un hijo”.