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domingo, 9 de junio de 2013

ECONOMIA

Nicaragua entrega a empresarios chinos la concesión del Canal por al menos 50 años

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, envió a la Asamblea Nacional de este país centroamericano un proyecto de ley que entrega al consorcio chino HK Nicaragua Canal Development Investment Co., con sede en Hong Kong, la concesión para la construcción y gestión del llamado Gran Canal Interoceánico por un periodo de 50 años, prorrogable por otros 50. El Gobernante Frente Sandinista controla el Parlamento unicameral, por lo que el proyecto, valorado en 40.000 millones de dólares, será aprobado sin inconvenientes.
“Siento que después de tantos siglos de estar luchando para que se convierta en realidad este canal, por fin nos vamos acercando a ese momento histórico para el bienestar del pueblo nicaragüense”, dijo un sonriente Daniel Ortega la noche del miércoles, en un acto oficial en el que recibió las cartas credenciales de los embajadores de Arabia Saudita, Kuwait, Canadá, Brasil y Suiza. En el acto Ortega no se anduvo con ambages, e hizo un guiño a árabes y brasileños para que se interesen por el Gran Canal. “Estoy seguro que Brasil se va interesar en el proyecto”, lanzó el exguerrillero sandinista al nuevo embajador, Luis Felipe Mendonza, quien se comprometió a entregar a la presidenta Dilma Rousseff los detalles del proyecto.
El documental legal enviado el miércoles por Ortega a la Asamblea Nacional podría ser aprobado el próximo martes. Ese documento, de 44 páginas, ha sido presentado por el Gobierno de Ortega como el instrumento jurídico que “contribuirá a facilitar la inversión, financiamiento, diseño y construcción” del Canal.
Para darle peso jurídico a este megaproyecto, el Gobierno y los inversionistas chinos han creado tres sociedades anónimas: la principal es la ya mencionada HK Nicaragua Canal Development Investment Co., con sede en Hong Kong, que para operar en Nicaragua ha constituido la Empresa Desarrolladora de Grandes Infraestructuras S.A. (EDGISA), con sede en Managua; y HKND Group Holding Limited, inscrita en Gran Caimán el 7 de noviembre de 2012. Ésta última ha sido creada para desarrollar proyectos paralelos al del Gran Canal. El director de HK Nicaragua y EDGISA es Wang Jing, un empresario chino que aparentemente dirige el consorcio legal Wang Jing & Co., que cuenta con nueve oficinas en China, incluidas las ciudades de Guangzhou, Shanghai, Beijing, pero no en Hong Kong.El proyecto de ley establece que el canal interoceánico contará con dos puertos de aguas profundas, uno en el Caribe de Nicaragua y otro en las costas del Pacífico; un oleoducto que conectará las dos costas de este país centroamericano de 130.000 kilómetros cuadrados; un “canal seco” formado por vías férreas para el transporte de mercancías de costa a costa; dos zonas de libre comercio, una en las costas caribeñas y otra en las del Pacífico; además de las infraestructuras que la empresa a cargo del proyecto estime necesarias.
En el proyecto de ley enviado al Parlamento por Ortega, se explica que EDGISA es una sociedad anónima debidamente constituida según las leyes de Nicaragua bajo los oficios del notario público nicaragüense Rodrigo Antonio Taboada, que cuenta con un bufete de abogados en Managua. La empresa se constituyó a las 10 de la mañana del 15 de noviembre de 2012 bajo el número 43,746-B5. El documento legal también establece que a cambio de la entrega de la concesión para gestionar el Gran Canal, los inversionistas chinos deberán pagar a la denominada Autoridad del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua –la institución gubernamental que regulará toda la gestión del proyecto– la suma de diez millones de dólares durante diez años, además de garantizar el derecho de participación en los ingresos que generen los subproyectos del Canal, inicialmente por el valor correspondiente al 1% de los ingresos, pero que aumentará con el tiempo. Tras terminar la concesión, la empresa china deberá entregar a la Autoridad los inmuebles e infraestructuras del proyecto. Además, el documento establece que el Gobierno podrá expropiar “cualquier bien inmueble o derecho sobre bien inmueble” que sea necesario para desarrollar el Canal.
El proyecto, sin embargo, ha levantado sospechas entre sectores críticos al caudillo sandinista, que lo consideran una gran ilusión y una fachada que podría esconder oscuros negocios. La principal duda es el alto costo del proyecto, que representa casi 25 veces el presupuesto anual de Nicaragua, un país donde el 47% de su población viviendo bajo pobreza y que no cuenta ni siquiera con recursos suficientes para drenar las aguas que desde hace dos semanas mantienen anegados varios barrios de la capital, Managua.El Gobierno no ha presentado estudios de factibilidad económica o de impacto ambiental, en un país que cuenta con dos grandes recursos acuíferos: el Gran Lago de Nicaragua (de más de 8.000 kilómetros cuadrados) y el Lago de Managua (de poco más de 1.000 cuadrados). Tampoco se ha anunciado cuál será la ruta a desarrollar para el proyecto, aunque el mismo Ortega dijo el mes pasado que podría iniciar en la bahía de Bluefields, en las costas del Caribe, atravesar el centro del país hasta el Gran Lago y desembocar en las costas del Pacífico sur nicaragüense. El miércoles, mientras recibía las credenciales de los diplomáticos, Ortega aseguró que en mayo de 2014 estará listo un estudio de factibilidad que permitirá iniciar las primeras labores de construcción del Gran Canal.
“¿Cuál es la prisa por aprobar una legislación que probablemente rija para 100 años o más, que se dictamine en pocas horas y se aprueba en pocos días? ¿Qué capitales e intereses están detrás de este proyecto?¿Quiénes han estado comprando tierras en esas zonas (proyectadas para el Canal), para ser millonariamente indemnizados por el Estado o para agenciarse ganancias millonarias por las Zonas de Comercio?”, se preguntaba el jueves el analista jurídico y asesor parlamentario Oscar Carrión.
También despierta dudas el hecho de que el presidente de China, Xi Jinping, haya visitado la vecina Costa Rica durantes su gira latinoamericana sin aterrizar en Nicaragua, tomando en cuenta que a las empresas chinas les interesaría un acuerdo político que asegure su inversión. A Ortega, sin embargo, las críticas le tienen sin cuidado. “Ahora estamos convencidos que llegó el momento en que el sueño se va a convertir en realidad”, dijo, sonriente, el comandante la noche del miércoles ante los diplomáticos que escuchaban atentamente sus planes del Gran Canal.

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