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lunes, 27 de octubre de 2014

CIENCIA Y TECNOLOGIA

IBM ya dejó de ser propiamente lo que su nombre anuncia -International Business Machines- cuando hace veinte años comenzó a dejar de lado la producción de hardware para ordenadores y ahora ha decidido completar del todo ese abandono de su actividad original, para concentrarse completamente en el software y los servicios informáticos.
La competencia que suponen rivales tecnológicos con nuevo ADN, como Apple o Google, obliga a viejos elefantes del sector, que ha cambiado rápidamente, a redefinir la estrategia de su negocio. «Tenemos que reinventarnos, tal como hemos hecho en generaciones anteriores», proclamó esta semana Virginia Rometty, consejera delegada de IBM y ungida como la mujer más poderosa en los negocios por la revista «Fortune». IBM, con sede en Armonk (Nueva York), fue creada hace 103 años.
IBM se reinventa para no quedar atrás en la vorágine tecnológica
El pasado lunes, Rometty hacía frente al descenso de un 4% en los ingresos de la compañía -dato negativo por décimo trimestre consecutivo, frente al 13% de aumento de ventas en el caso de Apple- con el anuncio de un golpe de timón. La empresa dejará del todo la producción de conductores para ordenadores y venderá esa división a una nueva empresa surgida en Silicon Valley, Globalfoundries, por 1.500 millones de dólares. Esa firma suministrará a IBM los procesadores.

En este continuo proceso de soltar lastre y reorientar la actividad, IBM ha dejado en el camino productos tan famosos como sus «floppies» -los clásicos disquetes que se impusieron en todo el mundo para almacenar y transportar documentos digitales- y ha demostrado haber sabido adaptarse a las nuevas demandas del mercado. Hoy está bien posicionada en servicios informáticos, por los que ya apostó a partir de 1993, y ha hecho esfuerzos por competir en nuevas tecnologías: en 2013 compró SoftLayer, una empresa de computación en la nube, por 2.000 millones de dólares y ha anunciado planes de adquirir por 1.200 millones de dólares cuarenta centros de datos en la nube en distintas partes del mundo.
Con todo, el reto de IBM es grande. Su cuota de mercado en computación en la nube está por detrás de Cisco y Hewlett-Packart, empresa esta última también anterior al «boom» tecnológico que lleva tiempo reestructurándose. Su venta de espacio de servidor en modalidad de prepago está ampliamente superada por la de otras rivales, como Amazon.
La cuestión es que en un mundo en el que cualquiera puede llevar un ordenador en el bolsillo, las empresas de hardware se han quedado sin apenas margen de beneficios. «Seamos claros», escribía esta semana en su portadilla de Economía el «New York Times», «IBM no se va fuera del negocio. Lejos de eso. Tiene sustancial «cash» y acceso a los mercados de deuda. Su estrategia de reconducción está en marcha. La gran pregunta es si esa reconducción tendrá éxito».
De todos modos, la consejera delegada le ha quitado dramatismo a la situación, advirtiendo que se trata de la normal adaptación al mercado que trata de seguir cualquier compañía. «Continuamos desarrollando servicios, del mismo modo que seguimos desarrollando lo que nuestros clientes desean en software», declaró. Por lo demás, precisó que aunqueIBM venderá su negocio de chips, invertirá 3.000 millones de dólares en cinco años en la investigación y desarrollo de nuevos semiconductores.ABC