Lo Último

.

.

martes, 27 de enero de 2015

Aumentan casos de trastornos alimenticios entre los hombres peruanos

Los casos de varones con problemas de anorexia y bulimia en el país debido a factores culturales que imponen la delgadez como sinónimo de belleza y éxito, han crecido del 8% al 12%, reveló Diana Pacheco, psicóloga y coordinadora del Grupo de Autoayuda en Anorexia y Bulimia, Gaba Perú.

Agregó que cada vez es mayor el número de varones, especialmente adolescentes, que considera la delgadez como el ideal de belleza que lo llevará a alcanzar el éxito, por lo que adoptan conductas inadecuadas para lograr esta apariencia física y sin darse cuenta terminan obsesionándose con ello y desarrollando algún trastorno alimenticio como es la anorexia y bulimia.

La anorexia y bulimia son problemas que se presentan como consecuencia de la baja autoestima y afectan seriamente la salud, pudiendo en algunos casos provocar la muerte del paciente si no se recibe tratamiento.
La especialista informó que en los varones adultos jóvenes los trastornos alimenticios se presentan como si fueran otras enfermedades, pero en realidad son lo mismo.

Es así que en ellos surge la vigorexia, trastorno que se caracteriza por el entrenamiento físico excesivo para agrandar los músculos a causa de una baja autoestima, personalidad perfeccionista, etc. y trae consigo complicaciones como la depresión y daño a la salud.

En el caso de varones más adultos se expresa a través de la alimentación sectorizada y patológica como la ortorexia, que es la obsesión por comer productos de determinada marca y forma,  que puede causar desnutrición e, incluso, la muerte. 

A fin de prevenir y/o detectar tempranamente algún trastorno alimenticio en los adolescentes varones los padres deben sospechar de un posible cuadro de anorexia y bulimia si sus hijos se miran mucho en el espejo, se retraen socialmente, se rehúsan a comer o comen poco.

También si rechazan comer en familia o restaurantes o si comen en exceso y luego vomitan, si se esconden para comer o esconden las envolturas de chocolates que ya se comieron.
ANDINA