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martes, 2 de febrero de 2016

El "Aedes aegypti", ese pequeño mosquito que "aterroriza" a Brasil

La posibilidad de sufrir una picadura del pequeño mosquito "Aedes aegypti" aterroriza desde hace meses a miles de mujeres embarazadas en todo Brasil, un país que se encuentra en estado de emergencia de salud pública ante la propagación del virus Zika.
"Me aterroriza ver que me pasa un mosquito al lado", comentó a Efe Luciana de Oliveira Figuereido, una mujer de 34 años embarazada de dos meses, que vive en el barrio de Botafogo, en Río de Janeiro.
El miedo comenzó a apoderarse de la sociedad brasileña a finales del año pasado, cuando las autoridades constataron la posible relación entre el aumento de pacientes con zika, una de las varias enfermedades que puede transmitir este mosquito, y el incremento de nacimientos de bebés con microcefalia.
El último boletín del Ministerio de Salud, divulgado el pasado miércoles, señalaba que eran 4.180 los casos sospechosos de microcefalia registrados desde el 22 octubre del año pasado.
Daniella Rodrigues, que a sus 32 años está embarazada de su primer hijo, confesó tener "miedo" y aseguró tomar todas las precauciones posibles. Además de mosquiteras por toda la casa, Daniella afirmó tener "repelente en el trabajo, en el coche y en el bolso", para estar segura de tenerlo siempre a mano.
Ante esta ola de preocupación, no es de extrañar que la compra de repelentes en algunas de las regiones más afectadas del país aumentara un 40 % el año pasado o que el precio de una de las marcas más populares llegara a registrar un incremento del 76,19 %, como señalaba un reciente informe del Sindicato del Comercio Minorista de Productos Farmacéuticos del Estado de Bahía (Sincofarba).
La presidenta de la Asociación de Ginecólogos y Obstetras de Pernambuco, María Luiza Bezerra, declaró a Efe que "no hay que banalizar, pero tampoco atemorizar" y destacó que la posibilidad de tener un bebé con síntomas de microcefalia "es menor del 1 %" en ese estado, que es de hecho el más afectado por esta enfermedad.
La región noreste de Brasil concentra el 86 % de los casos sospechosos de zika y sólo en el estado de Pernambuco son investigados 1.125, de acuerdo con los últimos datos del Gobierno.
Pese a las estadísticas, resulta comprensible que Luciana, que dijo haber tenido ya hasta tres vecinos infectados con el virus del Zika en su mismo edificio, admitiera sentir miedo ante la actual situación.
Luciana, que se dedica a la organización de fiestas, dijo que evita salir de casa en la medida de lo posible, hasta el punto de pedir a sus conocidos que vayan a su taller a recoger lo necesario para llevar a cabo sus encargos, para así evitar el tener que pasar por una zona llena de posibles focos de larvas del mosquito.
También Daniella evita actualmente acercarse a la Mata Atlántica, una zona frondosa y húmeda que recorre parte de la costa carioca, pese a tener allí una casa en la que solía pasar "algunos fines de semana".
La doctora Rachel Costa dos Reis, desde su consulta en Brasilia apuntó a Efe que, en efecto, "especialmente desde diciembre", muchas pacientes vienen comentando que han decidido aplazar el tener hijos o que prefieren no realizar viajes al nordeste por el momento.
La ginecóloga dijo considerar que la actual sensación de miedo que se puede sentir en el país es "un poco excesiva"; sobre todo si se tiene en cuenta que actualmente los niveles de incidencia de la enfermedad "están estables", apuntó.
Más allá de que "la situación no sea de calamidad", Bezerra afirmó que la mejor manera de evitar la temible picadura del "Aedes aegypti" es seguir los consejos del Gobierno en cuanto a vestir prendas de manga larga, usar repelente antimosquitos "como rutina" o evitar pasar por zonas con presencia de aguas estancadas.
En este sentido, Daniella opinó que, a parte de estas recomendaciones, el Gobierno debería hacer más por combatir lo que el ministro de Salud, Marcelo Castro, ha llegado a definir como una epidemia.
Dada la gravedad de la situación las autoridades brasileñas han decidido movilizar a 220.000 miembros de las fuerzas armadas que repartirán panfletos orientativos casa por casa, además de adoptar otras medidas como el uso de mosquitos transgénicos y de pequeños peces que se alimentan de larvas en aguas estancadas.
Sin embargo, Daniella dijo creer que todas estas medidas no son suficientes y denunció que "el Gobierno delega demasiado en la ciudadanía" al basar su principal defensa ante este pequeño enemigo en una mayor implicación de una sociedad que no parece estar convencida de que evitar las picaduras sea la mejor manera de atajar el problema. EFE