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jueves, 10 de marzo de 2016

El BCE baja el tipo general al 0% y amplía la compra de bonos

Todo el arsenal. Y relativamente por sorpresa: con una estupenda gestión de las expectativas. El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado al filo de las dos de la tarde su versión ultimo modelo del "haré todo lo necesario" de Mario Draghi. Tipos aun mas bajos. Compras de activos sin más multimillonarias. Y nueva barra libre de liquidez para la banca. El paquete completo ante los riesgos de deflación, la desaceleración de la eurozona y, en fin, la preocupante fase anémica en la que se ha metido la economía del Viejo Continente.

Draghi no ha decepcionado y los mercados han reaccionado de inmediato. El BCE, según el consenso que emerge entre los analistas, suele llegar tarde a su cita con los problemas, pero cuando llega lo hace bien: Draghi es consciente de que puede esperar muy poca ayuda por el lago fiscal y saca todo su arsenal, con un refuerzo sensacional del QE y del resto de medidas extraordinarias en pleno octavo año de esta crisis extraordinaria.

El tipo de interés de referencia en la eurozona pasa a ser del 0%, frente al 0,05% anterior. El Eurobanco también recorta en 10 puntos básicos adicional el interés aplicado a su facilidad de depósito (el dinero al que se retribuye o se penaliza la liquidez bancaria), que pasará a ser del -0,40% desde el -0,30% actual; amplía de 60.000 a 80.000 millones el volumen de deuda que puede comprar mensualmente en el marco del QE lanzado hace justo un año y lanza dos nuevas subastas de liquidez (TLTRO) para junio. El instituto emisor europeo también incluirá en su plan de compra de deuda todos los bonos emitidos por empresas radicadas en la eurozona: hasta ahora solo podía adquirir títulos emitidos por las administraciones públicas: Estados, regiones o entidades locales.

Con esta ampliación del programa de compra masiva de deuda, en combinación con la nueva bajada de tipos, el Eurobanco demuestra una buena gestión de las expectativas que había depositadas para esta reunión. El mercado esperaba medidas potentes pero que, a la vez, no dañasen en exceso las cuentas de resultados de los grandes bancos europeos, uno de los mayores elementos de preocupación de las últimas semanas. De alguna forma, el BCE parece haberlo cumplido: incluso antes de que Draghi empezase su comparecencia, los principales parqués europeos han respondido con una subida superior al 3%. El euro, por su parte, se debilita un 1% frente al dólar, una bajada de calado en un mercado tan estable como el de divisas. La moneda europea no caía tanto frente al billete verde desde noviembre.

En su comparecencia de prensa, el banquero italiano ha optado una vez más por un tono pesimista sobre los riesgos que acechan a la banca europea para respaldar las importantes medidas de política anunciadas hoy. Incluso con los efectos esperados sobre la economía de esta nueva batería monetaria, el Eurobanco espera que el nivel general de precios se mantenga ampliamente por debajo del objetivo del 2% en los dos próximos años. Según sus cálculos, el nivel general de precios de la eurozona repuntará un leve 0,1% este año, un 1,3% en 2017 y un 1,6% en 2018.

En estas aguas revueltas en las que navega la economía europea, alteradas por el desplome de los precios del crudo, la desaceleración de los países emergentes y la débil recuperación económica del bloque europeo, Draghi ha remarcado que los tipos de interés se quedarán en el nivel actual (mínimo histórico) o incluso por debajo durante un periodo de tiempo "considerable". "Con los datos que tenemos ahora, no creemos que haya que bajar aún más los tipos en las próximas reuniones, pero los hechos pueden cambiar", ha alertado Draghi.

Los primeros analistas en valorar la nueva artillería del BCE también aplauden las medidas puestas encima de la mesa. "Es un nuevo 'haré lo que haya que hacer'", resume Stewart Robertson, de Aviva, en declaraciones a Bloomberg, en referencia explícita al mensaje lanzado por Draghi en el tumultuoso verano de 2012, cuando mostró su disposición a tomar todas las medidas que fuesen necesarias para salvar el euro. "Ahora habrá que comprobar si estas medidas verdaderamente calan en la economía real", añade.

En las últimas semanas se ha constatado la debilidad de las presiones inflacionistas en la zona euro, cuyo índice adelantado bajó en febrero al -0,2%, mientras el crecimiento del PIB de la región cerró el ejercicio 2015 con una expansión del 1,6%, frente al 0,9% de 2014, con un repunte del 0,3% en el último trimestre del año pasado, en línea con la expansión del tercer trimestre.EP