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domingo, 15 de mayo de 2011

Rusia desafía a Japón con una nueva visita oficial a las islas Kuriles

Rusia desafió hoy a Japón con una nueva visita oficial a las disputadas islas Kuriles, reclamadas insistentemente por Tokio, que amenaza con agudizar aún más la actual tensión bilateral.

"Me encantan las Kuriles y su naturaleza salvaje", afirmó Serguéi Ivanov, viceprimer ministro ruso, quien encabezó la nutrida delegación gubernamental que viajó a las islas de Iturup y Kunashir, dos de las cuatro islas Kuriles del Sur.

Durante su estancia en las islas, el viceprimer ministro visitó el puerto y las obras de construcción del nuevo aeropuerto que enlazará el archipiélago con la isla de Sajalín y la capital de la región de Primorie, Vladivostok.

También abordó el programa de desarrollo de las islas hasta 2015, del que Ivanov fue uno de los iniciadores tras visitar el territorio en 2005 y tomar conciencia de su atraso.

"La primera vez que vine a las islas quedé escandalizado por la dramática contradicción entre la maravillosa belleza natural y el absoluto abandono, falta de infraestructura y, si llamamos las cosas por su nombre, total ausencia de calidad de vida", dijo.

Ivanov destacó que hace un lustro en las Kuriles "no había ni un metro de asfalto en ninguna de las islas" y explicó que el objetivo de la visita es precisamente supervisar la marcha del programa de modernización del territorio, muy rico en hidrocarburos, minerales y pesca.

El viceprimer ministro calificó de "imperiosa" la necesidad de completar las obras, ya que para los habitantes de las Kuriles viajar al continente durante el invierno, sea por mar o por aire, es una auténtica odisea.

Al respecto, el gobernador de la región de Sajalín, a la que se adscriben las Kuriles, anunció que Moscú asignará otros 500 millones de dólares durante los próximos años para el desarrollo de estas islas del Pacífico.

Ivanov viajó a las Kuriles acompañado de los ministros de Economía, Elvira Nabiúllina; Transporte, Ígor Levitin; Recursos Naturales, Yuri Trutnev, y Desarrollo Regional, Víctor Basarguin.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, se ha propuesto frenar el éxodo de habitantes de las islas -situadas a unas pocas decenas de millas marinas de la isla japonesa de Hokkaido-, que ha reducido a menos de 20.000 su población desde la caída de la URSS en 1991.

Japón no tardó en reaccionar el viernes al anuncio de una nueva visita oficial rusa a las Kuriles, conocidas como Territorio del Norte por Tokio.

"Ya habíamos comunicado hace tiempo nuestra postura a la parte rusa de que las visitas a esas islas por altos mandatarios rusos son inadmisibles", reaccionó de inmediato Akira Imamura, portavoz de la embajada de Japón en Rusia, a Interfax.

Las tensiones sobre las Kuriles estallaron en noviembre pasado, cuando Medvédev se convirtió en el primer gobernante ruso o soviético en viajar al inhóspito territorio, en poder ruso desde el 2 de febrero de 1946.

Japón reaccionó con inusitada dureza al calificar de "ultraje imperdonable" la visita del jefe del Kremlin y llamó a consultas a su embajador en Moscú, a lo que Rusia respondió con un viaje de inspección militar del ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov.

A principios de año tuvo lugar la visita del ministro de Exteriores de Japón, Seiji Maehara, encaminada a restañar las heridas causadas por el contencioso territorial.

No obstante, Maehara se mostró inflexible al proclamar que las Kuriles "son parte ancestral de Japón" y que logrará que Rusia se las devuelva a Tokio aunque le cueste su carrera política.

"Históricamente allí nunca hubo rusos, sólo japoneses. Después de la invasión del Ejército soviético 17.000 japoneses se tuvieron que ir. De esos, ahora quedan sólo 7.500 personas y ellos desean regresar a la zona. Queremos iniciar un diálogo pacífico", comentó.

Además, aseguró, en alusión a la posible firma del tratado de paz pendiente entre ambos países desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, que hasta que en las Kuriles no ondee la bandera nipona, "se podrá decir que el período postbélico en las relaciones entre Rusia y Japón no ha terminado".

Por ello, el Kremlin cerró las puertas a una posible negociación sobre el contencioso territorial, aduciendo que "carece de sentido" a la vista de la obcecada reacción de Tokio ante la visitas de funcionarios rusos a las Kuriles.

Por si hubiera alguna duda sobre las intenciones rusas, Rusia anunció en marzo que desplegaría baterías antiaéreas Tor y misiles de crucero antibuque Yakhont en las islas.

En 1993, el entonces presidente ruso, Borís Yeltsin, y el primer ministro nipón Morihiro Hosakawa firmaron la Declaración de Tokio, que dejaba abierta la posibilidad de negociar la soberanía de las islas.

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