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sábado, 13 de agosto de 2011

Estudio vincula la falta de vitamina D a la menstruación temprana

Los bajos niveles de vitamina D en las jóvenes preadolescentes pueden ser una de las causas del comienzo temprano de la menstruación, un factor de riesgo para la salud a corto y a largo plazo, según un estudio publicado hoy en The American Journal of Clinical Nutrition.

El estudio, realizado en Bogotá por el profesor Eduardo Villamor, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan (EE.UU.), en colaboración con la Universidad Nacional de Colombia, analizó la evolución de 242 niñas de entre 5 y 12 años durante 30 meses.

El equipo multidisciplinar, en el que participaron médicos y nutricionistas, determinó que las niñas que tenían bajos niveles de vitamina D fueron dos veces más propensas a comenzar la menstruación antes que las que tenían los niveles considerados correctos.

Esto es importante porque, según explicó a Efe el profesor Villamor, la menstruación temprana es un factor de riesgo de problemas de conducta y psicosociales en las adolescentes.

Además, "las niñas que tienen una menarca temprana tienen un riesgo mayor de desarrollar enfermedades crónicas, afecciones cardiometabólicas y algún tipo de cáncer, como el cáncer de mama, en la edad adulta", indicó.

Villamor explicó que en el último siglo la comunidad científica ha detectado que ha disminuido la edad de la primera menstruación y no se tiene certeza sobre la causa que lo ha motivado.

"Creemos que puede ser debido a cambios medioambientales, ya que los genes no pueden haber cambiado en un periodo tan corto de tiempo. Estos cambios podrían estar vinculados a contaminantes, cambios en factores nutricionales e incluso socioeconómcios", apuntó.

El equipo investigador encontró que el 57 % de las niñas en el grupo con deficiencia de vitamina D tuvo su primera menstruación en el periodo del estudio, frente al 23 % de las que tenían suficientes niveles de vitamina D.

En cuanto a la edad, las niñas con bajo nivel de vitamina D tuvieron, de promedio, su primera regla a los 11,8 años frente a los 12,6 años con los que menstruaron sus compañeras.

Si bien, según Villamor, está claro que hay una vinculación entre el nivel de vitamina D y la menstruación su equipo no ha establecido una relación causal.

El profesor indicó que sería necesario hacer un "estudio de intervención" en el que se analizara cómo reaccionarían las niñas que recibieran un suplemento de vitamina D frente a las que no, y si esa ingesta de vitamina D adicional traería como consecuencia un retraso en la edad de la menarquía.

El Instituto Estadounidense de Medicina ha establecido que una niña de esa edad debería consumir diariamente 600 unidades internacionales de vitamina D, equivalentes a una cucharada y media de aceite de hígado de bacalao, indicó Villamor, una medida en la que no coinciden los expertos de todo el mundo pero sirve como punto de referencia.

El papel más conocido de la vitamina D, recordó, está relacionado con el mantenimiento de la función ósea, pero también está vinculado con el sistema inmunitario y el metabolismo.

Otro estudio relacionado por el mismo equipo descubrió el pasado año que la deficiencia de vitamina D también estaba vinculada con el aumento de peso infantil, por eso consideró importante continuar profundizando en estos estudios para conocer el impacto que factores medioambientales tienen en la población.

Aunque no hay una edad establecida para la primera menstruación, ya que cambia según países y las condiciones físicas, alimenticias y de desarrollo de cada niña, Villamor señaló que en Colombia la media está en 12 años y medio.