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viernes, 12 de abril de 2013

Santos se enfrenta a los "enemigos de la paz" en Colombia


Santos se enfrenta a los El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se enfrenta a quienes llamó "enemigos de la paz" en el proceso que mantiene con la guerrilla de las FARC y que, según analistas, tiene fuertes adversarios representados por el ex mandatario Álvaro Uribe. 

Santos, un dirigente de centroderecha que llegó a la presidencia en 2010 como delfín de Uribe, de quien había sido ministro de la Defensa, inició el año pasado un proceso paz con la guerrilla FARC, la principal de Colombia y la más antigua de América Latina, en busca de terminar un conflicto armado de casi medio siglo. 

Desde ese momento, Uribe, que durante su gobierno (2002-2010) combatió sin cuartel a las guerrillas izquierdistas, se reveló como el más férreo opositor de su sucesor. 

En la última semana, el expresidente sumó la denuncia de un supuesto atentado de las FARC contra un gobernador, desmentido por el gobierno, con la publicación de un documento militar reservado en el que se indicaba las coordenadas geográficas del lugar desde donde debía viajar un grupo de guerrilleros hacia La Habana, donde se celebra el diálogo. 

"Ya lo tengo que decir con nombre propio, porque él fue: el (ex) presidente Uribe", dijo Santos hace una semana tras acusar a quienes llamó "enemigos de la paz" de decir "todo tipo de mentiras, sembrando todo tipo de cizañas para ver si nuestros soldados y nuestros policías, en cierta forma, se van en contra del proceso de paz". 

El proceso de paz "tiene adversarios muy fuertes y poderosos, y Uribe los representa. No se trata de que les interese que el conflicto continúe, sino que quieren una victoria militar sobre las FARC para que nadie cuestione su propia legitimidad", declaró a la AFP el politólogo Fernando Giraldo, investigador en la Universidad Javeriana de Bogotá. 

"Sienten el proceso de paz como una amenaza electoral muy fuerte, y eso está alimentando una lucha política visceral", opinó Giraldo. 

Pero Uribe no es solo el rostro más visible de la derecha en Colombia, sino que representa también a un importante sector de los grandes propietarios del campo, según este investigador. 

"El mundo de los grandes propietarios rurales que han estado comprometidos con el sistema político de los últimos años es de los que más vehementemente se ha expresado en contra del proceso de paz", dijo. 

"Si las FARC alcanzan la participación política, van a denunciar esa estructura social profundamente injusta, de alta concentración de una riqueza obtenida ilegalmente", añadió. 

Aunque el proceso de paz arrancó con una cierta prudencia, que se expresaba en la reiteración de Santos de su disposición a abandonar la mesa si la guerrilla no mostraba una verdadera voluntad, en las últimas semanas ambas partes han aumentado su compromiso con un futuro acuerdo. 

Así, las FARC trasladaron a La Habana para que se una al proceso de paz a su comandante Pablo Catatumbo, uno de los siete integrantes del secretariado (mando central) y jefe del bloque sur, uno de los más activos de esa guerrilla. 

"Fue un mensaje que desvirtuó las versiones de que la guerrilla estaba dividida frente al proceso de paz. Se mostró que los frentes más fuertes también lo acompañan", comentó a la AFP la politólogo María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz. 

Paralelamente, Santos encabezó en Bogotá una multitudinaria manifestación por la paz, tras declarar que "el proceso va bien" y que "si se mantiene el ritmo de las últimas semanas, es perfectamente posible concluir el trabajo en meses". 

La mesa de diálogo --que cuenta con el apoyo de Cuba, Noruega, Venezuela y Chile-- debate cinco puntos: desarrollo agrario, participación política, drogas ilícitas, abandono de las armas, y víctimas. 

Santos desea llegar a un acuerdo para noviembre, antes de que comience la campaña por las elecciones legislativas y presidenciales del año próximo. 

Hasta ahora, las delegaciones han avanzado en el primer punto y se espera que muy pronto comience la discusión de la participación política de los guerrilleros. 

"Si se llega a un acuerdo de paz, Uribe se queda sin bandera política y pierde su fuente de poder", consideró Llorente, quien piensa sin embargo que el exmandatario tiene margen para obstaculizar el proceso. 

"Uribe tiene dos millones de seguidores en Twitter. Eso no es una cifra menor. Si se firma un acuerdo de paz habrá que hacer una refrendación popular, y ésta dependerá de cuánto optimismo se pueda generar", apuntó. 

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), con unos 8.000 combatientes en la actualidad, han participado anteriormente sin éxito en tres intentos de diálogo de paz. 

En Colombia también actúa la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), con unos 2.500 integrantes, que hasta ahora se ha mantenido al margen de las pláticas de La Habana.
EFE