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lunes, 2 de febrero de 2015

Berlusconi obtiene la libertad anticipada en su pena de servicios sociales

(Roma, 02 de febrero. EFE).- El ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi condenado el pasado abril a un año de trabajos sociales por fraude fiscal de su empresa Mediaset, verá reducida su pena en un mes y medio, según determinó hoy el Tribunal de Vigilancia Penitenciaria de Milán (norte).
Según fuentes judiciales citadas por los medios italianos, la jueza Beatrice Crosti ha decidido conceder la libertad anticipada por buena conducta al “exCavaliere” -título honorífico que perdió tras la condena-, por lo que finalizará sus actividades en la Fundación Sagrada Familia 45 días antes de lo previsto.
De esta manera, Berlusconi concluirá el próximo 8 de marzo sus trabajos en este centro que se encuentra en la localidad de Cesano Boscone, en la provincia de Milán, muy cerca de Arcore, donde el dueño de Mediaset tiene una casa.
La Justicia italiana acepta, así, la solicitud de libertad anticipada escrita por el empresario y entregada por una de sus abogadas, Angela Maria Odescalchi, el pasado 7 de enero en las instancias del Tribunal de Vigilancia Penitenciaria de Milán.
El documento constaba de tres páginas y media, todas ellas firmadas por el líder conservador, y en ellas el político aseguraba “haber acogido con entusiasmo un punto de reflexión sobre la condición de los ancianos”.
Berlusconi fue condenado en firme por el caso Mediaset por el Tribunal Supremo en agosto del 2013 a cuatro años de prisión, reducidos a uno por una ley de indultos dirigida a despoblar las prisiones del país.
En este caso, se juzgaba la compraventa de derechos de transmisión de películas estadounidenses por valor de 470 millones de euros por parte del grupo audiovisual entre 1994 y 1999, con un supuesto aumento artificial del precio de los derechos para evadir dinero al fisco y desviarlo a cuentas en el extranjero.
Por su edad, entonces 77 años, el ex jefe del Gobierno y fundador del partido conservador Forza Italia no podía ir a prisión por lo que la Justicia italiana tuvo que decantarse el pasado abril entre decretar su arresto domiciliario o imponerle servicios sociales.
Finalmente, fue autorizado a cuidar y asistir a ancianos y discapacitados en la Fundación Sagrada Familia, que atiende a más de 2.000 personas, “al menos un día a la semana y no menos de cuatro horas”