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domingo, 26 de abril de 2015

La fortaleza del dólar exprime a las multinacionales de EE UU

Las vacaciones a Europa le van a salir a los estadounidenses un 25% más baratas que hace un año gracias a la fuerte apreciación deldólar. Lejos quedan los 0,72 euros que les daban al cambio en julio por cada billete de George Washington. Ahora se acerca a la paridad con la divisa europea. Los agentes inmobiliarios a este lado del Atlántico ofrecen, incluso, villas de lujo en Francia e Italia que parecen a precio de ganga, por si quieren aprovechar para comprar un lugar de retiro.
El rey dólar, sin embargo, se está convirtiendo en el enemigo de los principales ejecutivos de las grandes multinacionales de Estados Unidos. Al menos, ese es el argumento al que recurren estos días para justificar que sus resultados podrían ser mejor. Se vio ya en el cuatro trimestre de 2014 y se hace aún más evidente en el arranque de 2015. Las más castigadas son compañías metidas en el negocio del consumo, como Procter & Gamble o Kimberly Clark.
Por su parte, Kimberly-Clark señala en sus resultados que el efecto del tipo de cambio le redujo un 9% la facturación global, que fueron de 4.700 millones en el trimestre. Y no es una situación que, dicen sus directivos, vaya a resolverse pronto. Algo similar pasa con Coca-Cola y PepsiCo, que calculan que el cambio se comerá un 10% de su beneficio y un 5% de los ingresos este ejercicio.P&G genera dos tercios de los ingresos en el exterior. Cuando las divisas extranjeras con las que opera pierden valor frente al dólar, la cifra de negocio baja y el beneficio de sus operaciones fuera de EE UU se reduce. Sus ventas cayeron un 8% en el primer trimestre, en gran parte por el cambio desfavorable, hasta los 18.100 millones. El lastre, por tanto, es significativo.
La depreciación del euro es la causa más evidente del repunte del dólar, tras la decisión del Banco Central Europeo de comprar deuda para estimular la economía. Pero no es la única divisa que crea problemas. General Motors calcula que estas fluctuaciones cortaron los ingresos en 1.800 millones, sobre una facturación global de 35.700 millones. En su caso, hacen de lastre también la libra, el real brasileño, el won surcoreano y el bolívar venezolano.
El efecto del tipo de cambio complica sobre todo las cosas a compañías que, como la cadena de restaurantes McDonald’s o el fabricante de motos Harley-Davidson, atraviesan por dificultades por la caída de la demanda. Es un problema también para DuPont y 3M, que. según ahora proyecta, se comerá hasta el 7% de sus ventas este año, el doble de lo que dijo hace solo tres meses.
Los gigantes industriales como Honeywell International, United Technologies y Boeing tampoco se escapan de la criba, pero, en su caso, una moneda más fuerte tiene un efecto positivo: les rebaja enormemente la factura del lado de las materias primas y de la energía que necesitan para hacer sus productos. Además, se benefician antes del repunte económico.
La apreciación del dólar está yendo acompañada, de hecho, por un fuerte abaratamiento del petróleo, de los metales y otros derivados. Caterpillar es la que mejor refleja esta nueva situación. La compañía especializada en maquinaria no solo sufre por el lado de los movimientos en la divisa, sino por sus clientes en el sector minero. Algo parecido pasa con John Deere, en el sector agrícola.

Dudas en la Reserva Federal

La situación no es nueva, y tampoco inesperada. Los ejecutivos señalan que el tipo de cambio es un arma de doble filo. Por un lado, la apreciación del dólar es positiva porque significa que las cosas en la economía de EE UU van mejor. Por otro, les penaliza, y eso les obliga a reducir las inversiones. La solución también es conocida: alza de precios, mejoras en la productividad y reducción de costes.
La fortaleza del billete verde es uno de los elementos de debate también en el seno de la Reserva Federal y podría acabar retrasando la primera alza de tipos de interés en nueve años en EE UU, si estos recortes en la inversión tienen un efecto negativo en la economía. Como señaló su presidente Janet Yellen, reduce las exportaciones y rebaja la presión inflacionista porque abarata las importaciones.
El banco central de EE UU no suele prestar mucha atención a los movimientos del dólar porque la política de divisas es algo que depende del Tesoro. Pero una apreciación tan brusca “es algo que no pueden ignorar”, como señalan desde Bank of America. El acta de las últimas reuniones refleja este riesgo, que puede crecer si EE UU decide finalmente encarecer el precio del dinero este verano.
EL PAIS