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lunes, 9 de abril de 2012

Cómo manejar la tecnología en los niños


En el año 2008, el 27% de los niños tenían una conexión a Internet en su hogar. En 2010 ya era el 87%. A la fecha, es posible que hoy sean muchos más niños y jóvenes, incluido sus hijos, los que están conectados con algún aparato inteligente de última generación que puede ser para bien, como para mal.
Las cifras son de un estudio realizado por Xavier Bringué, Charo Sádaba y Jorge Tolsá, investigadores de la Universidad de Navarra, España, con el apoyo de Telefónica Internacional, entre más de 80.000 escolares de entre 6 y 18 años de siete países de Iberoamérica.
Y los resultados arrojan que si bien los chicos adquieren cada vez más destreza en el manejo de las nuevas tecnologías, van perdiendo otras habilidades naturales.
La psicóloga Bibiana Andrea Pabón dice que “esta generación está muy conectada con la tecnología digital, pero muy desconectada con el ámbito familiar y social”.
La profesional añade que en su experiencia clínica ha identificado niños “con altísima y marcada desesperanza de vida”, quienes en lo único que logran tener un espacio de identidad es frente a un computador, o IPhone, Ipad. El 60% de los encuestados le da la razón: Internet les causa aislamiento.
Jenny Bedoya, psicóloga clínica educativa, reitera que es inconveniente que los niños “se enchufen” tanto a la tecnología porque “pierden la capacidad para relacionarse con otras personas y crear espacios afectivos, incluso con sus padres”.
Las especialistas coinciden en que los niños o adolescentes que se sumergen en los videojuegos o el chat o el celular “son niños que sólo se relacionan consigo mismo” y que “no logran darse a los demás y establecerse en su medio”.
La psicóloga Jenny Bedoya explica que la dependencia hacia las nuevas tecnologías se da “porque los padres no les dedican tiempo a sus hijos y entonces los aparatos son un refugio para ellos”. Y un 79% de los niños analizados lo ratifica: navegan y chatean solos, sin compañía de un adulto.
Y la psicóloga Bibiana Pabón denuncia que peor es la actitud de los padres frente a la temática, al punto que llegan a desdibujarse en su rol y en su función frente a sus hijos al permitirles disipar la atención sin darles un acompañamiento ni horario.
El índice de niños cada vez más absortos en la aparatología de moda ha generado que cada día estén más metidos en un cuarto y marcando tiempos más extensos. Así lo confiesa el 38%: gasta más de dos horas diarias en Internet y el 26% acepta que sacrifica sus estudios por estar en la red o en los videojuegos.
“Es muy triste porque no tienen pautas, llegan del colegio y no saludan, siguen derecho a su habitación a buscar el computador o el videojuego, y ya se han perdido los rituales del hogar en los que los padres y el niño se sentaban a revisar las tareas”, dice Pabón.
Esta situación es más frecuente y crítica en adolescentes, quienes se desvinculan de toda actividad social, familiar y académica. “Sólo cuando sus padres identifican bajo rendimiento, expresan su descontento y comienzan a intentar quitarles los regalos que ellos mismos les han dado”, añade la profesional.
Sobre la edad indicada para acceder a las nuevas tecnologías, las especialistas destacan que más que eso, los padres deben pensar es en el nivel de responsabilidad y de acompañamiento que tienen frente a sus hijos. “No debemos negarnos a la tecnología, pero si bien es cierto que aporta muchísimo en el desarrollo y es un componente académico de apoyo en las aulas escolares, es muy importante que tengan el acompañamiento y la veeduría de un adulto”, argumenta.
El perfil en Facebook y otras redes sociales se puede permitir en la adolescencia, pero con acompañamiento y sin quitarle la responsabilidad de adulto, concluye Pabón: “Esto genera incomodidad y malestar a los jóvenes, pero los padres no debemos ser ausentes ante el fenómeno y tener muy claro quiénes son las personas que se relacionan con nuestros hijos”.

EL PAIS