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domingo, 2 de septiembre de 2012

Capriles: El actual presidente "gobierna el país como si fuera el conductor de un reality show"


El candidato presidencial Henrique Capriles Radonski aseguró en una entrevista a un periódico español que "cuando un pueblo está decidido a cambiar, no hay obstáculo que pueda con él". El exgobernador de Miranda denunció al diario El Mundo de España que el actual presidente "gobierna el país como si fuera el conductor de un reality show".

Lea la nota de El Mundo de España

Por Isabel Munera

Desde que ganó las primarias de la oposición venezolana el pasado mes de febrero, Henrique Capriles no ha parado ni un minuto. El rival de Hugo Chávez en los comicios presidenciales que se celebrarán el próximo 7 de octubre en Venezuela ha recorrido cada centímetro del país con un único objetivo: convencer a los venezolanos de que el cambio es posible.

"La respuesta de la gente está siendo impresionante. En todos los lugares que hemos visitado nos hemos encontrado con miles de personas que sueñan con un futuro mejor. Aún nos quedan muchos pueblos y ciudades por visitar, queremos llevar este proyecto de progreso, futuro y esperanza a todos los rincones de Venezuela para lograr una victoria contundente. Cuando un pueblo está decidido a cambiar, no hay obstáculo que pueda con él", afirma ilusionado en una entrevista para ELMUNDO.es.

Consciente de que su contrincante pretende desprestigiarlo calificándolo de "burgués" y "fascista", este abogado de 40 años explica que su intención no es beneficiar a los ricos, "ni privilegiar a un grupo de venezolanos, sino generar oportunidades para que todos progresen por igual".

Ajeno a los insultos, que considera utilizan "quienes se han quedado sin propuestas", el aspirante de la Mesa por la Unidad Democrática desgrana algunas de las promesas de su programa. "Lo primero que haremos será ponernos al frente del tema de la inseguridad para que los venezolanos puedan salir tranquilos a la calle y las madres no teman por la seguridad de sus hijos. También nos ocuparemos de generar empleos con oportunidades para todos, de mejorar los servicios públicos y dotar a los hospitales, y de ofrecer una educación de calidad", explica.

Con Venezuela todavía recuperándose del accidente en la refinería de Amuay, donde 48 personas perdieron la vida, y con los 25 muertos en el motin de la cárcel de Yare, Capriles parece más dispuesto que nunca a no arrojar la toalla. "El Estado tiene que dar respuestas, el camino no es un país de accidentes, ni un país donde los privados de libertad son asesinados en el lugar donde deberían ser custodiados", se queja y señala al responsable: Hugo Chávez, de quien afirma "gobierna el país como si fuera el conductor de un reality show".

Dispuesto a borrar cualquier vestigio chavista, el aspirante de la oposición asegura que jamás usará, como ha hecho su rival, "la división para perpetuarse en el poder". "No jugaremos con la necesidad de la gente ni obligaremos a nadie a vestir la camiseta de un partido para obtener ayuda, también acabaremos con los descuentos en la factura petrolera y las expropiaciones", añade.

Convencido de que el próximo 7 de octubre se impondrá "la voluntad de la mayoría", espera que los chavistas acepten el resultado en caso de ser derrotados y confía en contar con el apoyo de las fuerzas armadas, pese a que algunos generales no se han esforzado en ocultar su preferencia por el candidato oficialista.

"Tenemos que sacar la política partidista de las instituciones y necesitamos también un sistema judicial independiente y un sistema carcelario que regenere", explica, al tiempo que añade: "El ejercicio del poder es un privilegio y una responsabilidad y no una oportunidad para abusar o ejecutar venganzas personales".

Vestido con su inseparable gorra con los colores de la bandera venezolana, Capriles no se siente ningún Mesías porque, asegura, "Venezuela nos necesita a todos". "Yo sólo soy el capitán del equipo, pero sin los jugadores no podemos ganar".


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