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domingo, 4 de noviembre de 2012

NACIONALES


“El Presidente no confía en las cuentas que los ministros y otros subalternos le rinden”

El dirigente opositor, Claudio Fermín señaló este domingo en su artículo de opinión titulado “Remuevan a los rectores del Consejo Electoral” que “el Presidente no confía en las cuentas que los ministros y otros subalternos le rinden“.
Es por esto que Fermín asegura que Chávez “convirtió el Ministerio de la Secretaría en una oficina de seguimiento de las ejecutorias del propio Ejecutivo”.
A su juicio, el Jefe de Estado “necesita alguien que lo ponga al tanto de retrasos en las obras, de incumplimientos, de desentendimientos entre diversos organismos públicos que se taparean los unos a los otros, o ya se cansó de escuchar informes, peticiones, propuestas de redimensionamiento de programas y reclamos de los más diversos sectores”.
Por otra parte, expresó que “en el CNE no les interesa que el ciudadano ‘elija’, les interesa que se obedezca una ‘línea’”, en este sentido “abrió de nuevo el Registro, sin base legal alguna, a escondidas, sin consultarlo con el país”.
A continuación el artículo de opinión completo:
A un mes de haberse celebrado las elecciones presidenciales supuse que estaríamos bajo el impacto de alguna decisión del gobierno nacional que marcaría la orientación de la reelecta administración. No ha sido así.
La única medida que sugiere cierto cambio ha sido la de convertir el Ministerio de la Secretaría en una oficina de seguimiento de las ejecutorias del propio Ejecutivo. El Presidente no confía en las cuentas que ministros y otros subalternos le rinden.
Necesita alguien que lo ponga al tanto de retrasos en las obras, de incumplimientos, de desentendimientos entre diversos organismos públicos que se taparean los unos a los otros. O ya se cansó de escuchar informes, peticiones, propuestas de redimensionamiento de programas y reclamos de los más diversos sectores.
Eso que lo haga otro. De eso que se ocupe un subalterno a quien se pueda señalar de ineficiente cuando los correctivos no hayan aparecido. Que se cree otra instancia para poder alegar que el Presidente no estaba al tanto, que la culpa es del funcionariado.
La verdad es que ha pasado un mes sin que sepamos de nuevas obras en ejecución, de decisiones que atiendan los diarios requerimientos de la población, o del inicio de programas que correspondan a esta nueva etapa. Simplemente el gobierno no ha sido noticia.
Todo lo contrario ha ocurrido con el Consejo Nacional Electoral. No han perdido un día en robarles escenarios a los candidatos a gobernadores y a diputados a los Consejos Legislativos. Mala señal esa cuando el árbitro llama más la atención que los jugadores. O se está equivocando más de la cuenta, o está interviniendo abusivamente. Ha habido de ambas cosas.
El Registro Electoral había cerrado el pasado 15 de abril. Por eso, miles de nuevos votantes que cumplieron dieciocho años después de esa fecha no pudieron votar en las elecciones presidenciales del pasado 7 de octubre ni podrán hacerlo en las elecciones
de gobernadores fijadas para el 16 de diciembre. El Registro estaba y ha estado cerrado. Esas eran las reglas y el país lo aceptó.
Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral abrió de nuevo el Registro, sin base legal alguna, a escondidas, sin consultarlo con el país. Bastó con una orden del gobierno para que los candidatos recién designados por Chávez a algunas gobernaciones, sus familiares y amigos cercanos, pudieran acceder a ese Registro que se suponía cerrado.
Es así como los candidatos chavistas y su privilegiado círculo de familiares y allegados pueden ahora votar en Aragua, Anzoátegui, Miranda y Trujillo.
El 15 de octubre se había vencido la fecha para introducir cambios en los boletones electorales. Esas fechas topes fueron siempre rígidas, inflexibles. Por eso, en anteriores elecciones se agregaban fe de erratas a los boletones, para explicar que fulano o
mengano se había retirado. Por eso, no pudo quitarse la imagen de Capriles de las tarjetas de los partidos que semanas antes de las elecciones del 7 de octubre le retiraron su apoyo.
Pero ahora, el Consejo Nacional Electoral, violando los reglamentos emanados de su propio seno y aplicados a todos los demás ciudadanos, daba carreras para extender sorpresiva e irregularmente la fecha para modificar los boletones hasta el 31 de octubre.
¿Para qué todo eso?, para que pudiera aparecer la fotografía del candidato chavista a la gobernación de Trujillo. Privilegios que en estos tiempos se reservan para los militares que hacen y deshacen, que enrollan las leyes como papeles viejos y las tiran al basurero.
Este Consejo Nacional Electoral en vez de educar al ciudadano en la posibilidad y derecho que tiene de estudiar y considerar a cada uno de los candidatos postulados y de ejercer su derecho de discernir, de seleccionar al que considere más apto para el cargo o que le represente mejor, acaba de aprobar un dispositivo para que los electores puedan votar “entubados”, es decir, metiendo en un mismo saco a candidatos a gobernador y a diputados regionales, eligiéndolos a todos con sólo oprimir una sola tecla.
No les interesa que el ciudadano “elija”, les interesa que se obedezca una “línea”, una instrucción de votar por todos los de un color, sin considerar si son aptos o no, si son representativos o no. No es una trampa o una irregularidad en el estricto sentido del término, pero es una grave desviación que ignora el propósito ético y político del voto.
Es una acción que se burla de los deberes educativos que los rectores del Consejo Nacional Electoral tienen para con el sistema político democrático.
Ese Consejo Nacional Electoral ha estado actuando indignamente, muy lejos de la obligación que la Constitución de la República les impone de garantizar la imparcialidad en los procesos electorales puesto que unos pueden inscribirse fuera del lapso y la mayoría no, unos pocos pueden incluir fuera de tiempo sus fotos en los boletones y otros no.
De bulto, grotescamente, han violentado el artículo 21 de esa misma Constitución, según el cual todas las personas son iguales ante la ley. Lástima que ese mismo texto constitucional fue pisoteado cuando se ignoró deliberadamente su mandato de integrar al Consejo Nacional Electoral por personas no vinculadas a organizaciones con fines políticos.
Quienes hoy conducen ese organismo público han ido más allá: son los cabecillas de la estrategia electoral del partido del gobierno y el país no debe acostumbrarse a vivir con ese vicio.
Por todo lo anterior, el Tribunal Supremo de Justicia debería pronunciarse sobre el abuso de poder de la mayoría de los rectoresdel Consejo Nacional Electoral y los diputados de la Asamblea Nacional, quienes juraron cumplir y hacer cumplir la Constitución, deberían remover a esos transgresores de la ley y ofensores de la fe colectiva.
Remuevan a los rectores del Consejo Electoral. 
Por: Claudio Fermín