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sábado, 15 de diciembre de 2012

La sífilis congénita en los recién nacidos abruma a Uruguay


Pese a que Uruguay es uno de los países con mejores índices de desarrollo de Latinoamérica, se está viendo desbordado por las altas tasas de sífilis congénita en recién nacidos, que quintuplican las recomendadas a nivel internacional pese al esfuerzo de las autoridades por combatir el fenómeno. 

En el Hospital Pereira Rossell, la mayor maternidad pública del país, las cifras hablan por sí solas: el 4,3 % de las embarazadas tratadas en 2011 en el centro presentaron la enfermedad, que se transmitió al 2,6 % de los recién nacidos, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar el límite del 0,5 %. 

La preocupación ha llevado al Gobierno uruguayo a tomar medidas urgentes como auditorías a centros privados y públicos, y un polémico decreto que obliga a las embarazadas con esta enfermedad a revelar la identidad de sus contactos sexuales a las autoridades médicas y policiales. 

Este decreto acaba de ser rechazado públicamente por la Facultad de Medicina de la estatal Universidad de la República, uno de cuyos profesores, Hugo Rodríguez, opinó hoy en declaraciones a Efe que la medida supone "correr el riesgo de que se perciba a los centros de salud como entes autoritarios". 

Su objetivo final es una meta "compartida por todos" pero "la sífilis es una enfermedad, no un delito", destacó Rodríguez, más partidario de llevar a cabo medidas de "estímulo" para fortalecer "relación clínica con el sistema de salud" de las personas afectadas. 

La sífilis es una enfermedad que se transmite por contacto sexual directo con una persona con un estadio precoz de la enfermedad, una patología que en muchos casos está asociada de forma concomitante con la infección por VIH. 

En Uruguay la infección por VIH presenta una transmisión vertical a los recién nacidos en el sector público de 6,6 cada 10.000 nacidos, un valor que según la ONU triplica lo deseable y que muestra las diferencias sociales del país, ya que en el sector privado la tasa es de 0,85, 

En los recién nacidos la sífilis puede tener efectos devastadores porque provoca lesiones neurológicas, que afectan especialmente a nivel ocular, además del corazón, el hígado y los miembros, explica a Efe la coordinadora de salud sexual y reproductiva del MSP, Leticia Rieppi. 

Por desgracia no es un fenómeno nuevo. Un informe de la Organización Panamericana de la Salud ya alertaba en 2011 del progresivo incremento de casos entre 2000 y 2009 y resaltaba el hecho de que en 2006 los niños recién nacidos con la enfermedad en el Hospital Pereira Rosell ya alcanzaban el 1,2 %. 

En las embarazadas, las que padecen esta enfermedad presentan mayor riesgo de parto prematuro, una situación dolorosa para un país que cuenta con una alta cobertura de atención prenatal (95%), muy por encima de otros como Haití (26 %), Guyana Francesa (49 %), Guatemala (51 %), Honduras (67 %), Bolivia (65 %) y Ecuador (71 %). 

Entre los obstáculos con que se topan las autoridades para controlar la enfermedad está la percepción de la población: para la mayoría suena a algo pasado o ya superado. 

El informe para Uruguay de 2012 de la agencia de Naciones Unidas ONUSIDA revela incluso que tres de cada 10 personas cree que no existe. 

Pero lo cierto es que todavía está muy presente en muchos países y es posible tratarla con penicilina, una medicina que en tierras uruguayas cuesta "menos de dos dólares", subrayó Rieppi. 

El fenómeno de la sifilis en el pequeño país sudamericano, de 3,2 millones de habitantes, contrasta con su bonanza económica, con una tasa de desocupación del 5,7 %, crecimientos sostenidos de promedio del 6 % en los últimos siete años y un pronostico del 4 % para 2013. 

Los expertos lo asocian con los focos de marginalidad en las calles, donde en ocasiones puede observarse a niños y adolescentes recolectando basura a caballo o pidiendo limosna. 

De hecho, según datos oficiales, aunque la pobreza en Uruguay registró una caída histórica del 4,9 por ciento en 2011, hasta situarse en el 13,7 por ciento de la población, la proporción de niños menores de seis años que son víctimas de ese fenómeno asciende al 26,1 por ciento. 

La enfermedad de la sífilis es "discriminatoria" porque, "afecta especialmente a la población de menores ingresos", sectores "más vulnerables" y que obtienen una "menor educación" al respecto, advierte Rieppi.
EFE