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domingo, 17 de febrero de 2013

Yoani Sánchez en el avión: piensa en el absurdo, le tiemblan las piernas, le “huele a libertad”


 El cielo de La Habana era gris y el frío que sentía Yoani Sánchez se aplacaba con la presencia del familiar y el amigo. Era el día del hasta pronto, de la alegre despedida. Tras una reforma migratoria, la blogger más famosa de Cuba abordaría un avión con destino a una decena de países.
Había despertado dos horas antes, a las cuatro de la mañana. Un vistazo por el balcón le permitió tomar un poco más de la isla, tal vez para llevarle un mensaje más preciso a la gente que habita más allá del mar.
Esta narración corresponde a su propio testimonio, a las letras que tuiteó para que le dieran la vuelta al mundo a un ritmo mucho mayor que el de su propio viaje.
Su nombre “no sonó en los altavoces”, nadie la llevó a un cuarto para interrogarla ni para leerle la cartilla: todo salió bien. Logró pasar el punto de control migratorio para salir de la isla, pero antes, otro mar: el de los abrazos. “Hasta luego”. Amigos, familia, “mi hijo, mi amor”.
La promesa de una escala en el aeropuerto de Panamá la desconcierta: le han dicho que tiene zona wifi y “no me lo puedo creer”. Mientras tanto, ella sigue pensando en los que se quedan, y lo escribe en Twitter.Subió al avión y la gente la abordó con más abrazos, fotos: “Huelo a libertad”. Comenzó a preguntarse por qué el absurdo de que su viaje fuera noticia. Una peruana quiso darle ánimo. A Yoani le temblaban las rodillas.
“Temo que la penalización a la discrepancia continúe y que los actos que repudio se mantengan. Temo que las detenciones arbitrarias sigan como herramienta de represión. Temo que el grito se mantenga como política de Estado”.
El otro temor de Yoani es que al volver, su isla no haya avanzado “ni un paso respecto a la diversidad ideológica. En todo caso, si no tuviera esperanzas, Yoani no se habría subido a ese avión. Quiere que “la pequeña voz” que alcanzó la ciudadanía cubana se escuche “más fuerte, se haga más firme y clara”.
Está angustiada. Cree que tal vez así son todos los viajes desde Cuba. Piensa de nuevo en el absurdo y escribe en Twitter que “no puede durar mucho más”. Ahora se relaja y espera que el avión despegue.
Néstor Luis González / Noticias24