A pesar de que la Conferencia Episcopal Venezolana, por medio de un documento muy serio y profundo que se hizo público el 14 de febrero, emitió su opinión, el Cardenal Urosa pide a las autoridades revisar el por qué los estudiantes están manifestando. A su juicio, son justas las reclamaciones de los estudiantes y del pueblo, y por tanto deben ser atendidas por todos los funcionarios del Estado.
De igual modo, hizo un llamado a todos los dirigentes de los partidos y agrupaciones sociales y políticas a que alienten a todos su partidarios a que moderen sus conductas para que contribuyan a bajar las tensiones. “En estos momentos el lenguaje fuerte y emotivo no convine, debe haber un lenguaje mucho más sereno y sensato para tratar de buscar caminos y resolver los problemas de Venezuela, porque de eso se trata”.
Urosa no desaprovechó la oportunidad para rechazar las muertes que han ocurrido y hacerse solidario con sus familiares, al tiempo que pidió al Ministerio Público a que haga una investigación exhaustiva para identificar a los culpables de los asesinatos que se han registrado.
El arzobispo de Caracas recalcó en que se debe procurar promover la paz, y esto tiene que ver con la justicia y con la ecuanimidad y el respeto para con la persona humana. “El gran llamado que hacemos es a la paz, no a la violencia, y a buscar el diálogo y la concertación para buscar resolución a los problemas del país“.Aseguró que hay que conocer quiénes están con la violencia, y ver cuáles son los grupos que mantienen esa actitud. “A veces los jóvenes por su vitalidad se exaltan pero no con hechos de gravedad; por ello hay que focalizar bien cuáles son los grupos violentos y contenerlos, siempre del marco de la Constitución y las leyes”.
Insistió en que tanto el Gobierno como la oposición deben bajar el tono, buscar el encuentro y en respeto de todos ubicar las soluciones. “Todos los conflictos se resuelven al final con el diálogo y las negociaciones, y eso es lo que hay que buscar”.
Para él, la Iglesia tiene el deber de trabajar permanentemente por la paz, deber que le corresponde también a todos los cristianos y católicos. “Nuestro llamado es y sera siempre al encuentro, el diálogo, a buscar la resolución de los problemas, a que la gente se siente y converse, a que se depongan los intereses particulares, y a que nadie se deje llevar por la ambición del poder y le dinero”. Nosotros venimos trabajado permanentemente en esto hemos manifestado disposición para ayudar a la resolución de esos problemas, siempre y cuando haya una voluntad verdaderamente efectiva de buscar los caminos para la paz, precisó el Cardenal.
Las ansias de justicia deben ser respondidas por los organismos del Estado
Urosa Sabino considera necesario que los grupos violentos que actúan a plena luz del día y de noche sean desarmados, y que los grupos armados sean sometidos a la Constitución y las leyes. “Esto es muy importante para que la política de desarme del Gobierno tenga realmente consistencia y éxito que es lo que se desea para conseguir la paz”.
Expresó que las ansias de justicia deben ser respondidas por los organismos del estado encargados constitucionalmente de impartirla: El Ministerio Público y los tribunales que deben actuar con la equidad y serenidad del caso, esto también debe tener respuesta de los organismo competentes que tienen la responsabilidad moral de llegar al fondo del asunto y que éstos hechos no queden impune. “Cuando el Estado actúe en esta línea le da a la población una mayor confiabilidad en los poderes e instituciones“.
Llamó a los estudiantes a evitar ser manipulados o dar ocasión a que grupos violentos perturben la paz y se creen focos de violencia en sus manifestaciones, hay que aislarlos. “Hay que seguir adelante en la búsqueda de la paz y de una Venezuela mejor, y eso todo joven, sea estudiantes, trabajador o campesino tiene esa aspiración en su corazón; apoyamos esto pero hay que tratar de deslindar y descartar cualquier intento de violencia en las concentraciones”.
“Cada quien trabaje por la paz y que cada quien trabaje por el bien común”, exhortó.
