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viernes, 14 de marzo de 2014

En el ictus, cada minuto cuenta

Cada 15 minutos de retraso en el tratamiento de un ictus con un anticoagulante roba a los que sobreviven alrededor de un mes de vida libre de una discapacidad. Por cada minuto ganado, dice el mismo estudio que se publica en «Stroke», se añade 1,8 días de vida saludable.
«Ganar un minuto, ganar un día» es el mensaje de nuestro estudio, asegura el investigador Atte Meretoja, de la Universidad de Melbourne, en Australia, y coordinador del trabajo que examinó cómo incluso pequeñas reducciones en el retraso en el tratamiento podrían beneficiar a los pacientes a largo plazo.
En el ictus, cada minuto cuentaLas guías establecen que el tratamiento con el fármaco activador tisular del plasminógeno indicado para disolver los trombos en un accidente cerebrovascular isquémico o ictus se debe dar dentro de las 4,5 horas de inicio de los síntomas. Sin embargo, sabemos que cuanto antes se aplique la terapia, mejor será el resultado. «La rápida restauración del flujo sanguíneo al cerebro es crucial para la supervivencia de las células cerebrales», explica el investigador.

Lo más veloces

Los servicios más rápidos en el tratamiento del ictus de todo el mundo se encuentran en Helsinki (Finlandia) y Melbourne (Australia) y tienen un promedio de 20 minutos entre el acceso al hospital hasta el inicio del tratamiento. Sin embargo, en la mayoría de los centros de EE.UU. y Europa, este periodo de tiempo es mucho mayor, oscila entre los 70-80 minutos. «En este estudio hemos querido cuantificar la importancia que tiene el tiempo en la recuperación del paciente con la esperanza de que las cifras inspirarán a los servicios médicos a medir y mejorar su funcionamiento para beneficiar a nuestros pacientes», señala Meretoja .
Los investigadores han empleado la evidencia de los principales estudios sobre los fármacos anticoagulantes publicados hasta la fecha. A continuación aplicaron los datos a 2.258 pacientes que habían sufrido un ictus en Australia y Finlandia para calcular los resultados si los pacientes hubieran sido tratados más rápida o más lentamente.
Y los resultados mostraron que por cada minuto ganado en la aplicación del tratamiento se añadía 1,8 días de vida saludable extra. Aunque todos los pacientes se beneficiaron de un tratamiento más rápido, en los más jóvenes, con una esperanza de vida más larga, el beneficio era mayor.
«Ahora sabemos que en el tratamiento del accidente cerebrovascular, cada minuto ahorrado da a los pacientes días de vida saludable. Los pacientes deben ser conscientes que ante cualquier señal de accidente cerebrovascular, debilidad en los brazos o trastornos del habla, que cada minuto cuenta. Deben pedir ayuda inmediatamente».ABC