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lunes, 20 de octubre de 2014

DIOS Y EL DIABLO EN LA TIERRA DEL SOL


Descargar Foto imagen Dios y el diablo en la tierra del sol.jpg (172,5 kB)§  La tierra es del hombre, no de Dios ni del Diablo, dice la canción del final de la película.


El próximo lunes 03 de noviembre, a las 7:00 p.m., como parte del proyecto Ciclo de Cine Brasileño, que llevarán a cabo, durante el mes de noviembre, el Centro Cultural Chacao y Pasa Una Peli (PUP), se proyectará la película Dios y el diablo en la tierra del sol, en la Sala Experimental, del CCCH-Centro Cultural Chacao, en la Avenida Tamanaco, El Rosal, con entrada libre.
Dios y el diablo en la tierra del sol, escrita y dirigida por Glauber Rocha, es una película de aventuras, drama espiritual místico religioso del año 1964, que se desarrolla en los años 40, y cuenta la historia de Manuel y Rosa, un matrimonio pobre, explotados por los terratenientes del lugar. Sus esperanzas se ven frustradas cuando el coronel para el que trabajan no les reconoce la muerte accidental de unas reses, este abuso empuja a Manuel a matarle, para luego huir con su mujer.
Se convierten en fugitivos y engrosan, primero, las filas de Sebastián, un fanático que arrastra tras de sí un buen grupo de miserables que encuentran consuelo en sus oraciones y penitencias, y luego seguirán a Corisco, jefe de una banda de cangaceiros, forajidos que se enfrentan al orden establecido con violencia de todo tipo  
La película, cuenta con la interpretación de Gerardo del Rey, Yoná Magalhaes, Mauricio do Valle, Othon Bastos, Lidio Silva, Sonia Dos Humildes, Antonio Pinto, Joao Gama, Milton Rosa y Roque Santos, y fue nominada a la Palma de Oro del Festival de Cannes en el año 1964. 
Dios y el diablo en la tierra del sol es, a decir de muchos, la mejor película del llamado cinema novo brasileño, movimiento cinematográfico de los años 60, pariente del neorrealismo italiano de posguerra. Nuevas propuestas que son ecos de la realidad social del Brasil de esa época (y anterior a ella), y nuevas formas expresivas, divorciadas de las maneras tradicionales de hacer cine, enmarcan este movimiento que produjo algunas de las mejores películas del gigante del sur. Glauber Rocha, su mayor exponente, destaca como un niño prodigio dentro de ese agitado crisol. Contaba con solo 25 años cuando rodó esta película, también conocida como Dios negro, diablo blanco.