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martes, 11 de noviembre de 2014

Canadá empieza a aislar a personas que han estado en zonas con el ébola

(Toronto, 11 de noviembre. EFE).- Canadá empezó hoy a poner en aislamiento a aquellas personas que hayan viajado a Guinea, Sierra Leona y Liberia durante los pasados 21 días, como parte del endurecimiento de las medidas para prevenir la aparición de brotes de ébola en el país.
Las autoridades sanitarias canadienses anunciaron este lunes que “ordenarán a los viajeros con un historial de viajes a Guinea, Sierra Leona o Liberia durante los pasados 21 días que acudan a las autoridades sanitarias locales en Canadá y se auto vigilen durante un máximo de 21 días”, período de incubación de la enfermedad.
“Los viajeros con un historial de viajes a países afectados por el ébola que a su llegada a Canadá presenten síntomas serán inmediatamente aislados y enviados a un hospital para su examen médico”, añadieron las autoridades sanitarias.
La ministra de Sanidad de Canadá, Rona Ambrose, justificó en un comunicado las nuevas medidas al declarar que su “principal prioridad es asegurar la salud y seguridad de los canadienses”.
Canadá ha sido criticado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por las medidas que ha impuesto a raíz de la aparición del brote de ébola en los países del África occidental.
A finales de octubre, el Gobierno del primer ministro canadiense, Stephen Harper, anunció que denegará el visado de entrada al país a aquellas personas que hayan estado en los países más afectados por la epidemia de ébola.
La OMS y expertos internacionales han señalado que las medidas adoptadas por el Gobierno canadiense violan el Reglamento Internacional Sanitario adoptado por 196 países para reforzar la seguridad sanitaria nacional, regional y mundial.
Canadá ha replicado que como la denegación de visado no afecta a canadienses no se puede interpretar como una prohibición general que contraviene el Reglamento Internacional Sanitario.
Paradójicamente, el Reglamento Internacional Sanitario fue revisado después de que Canadá padeciese en 2003 un grave brote del llamado Síndrome Respiratorio Agudo Grave (Sars), que forzó a la OMS a recomendar temporalmente que no se viajase a Toronto, donde murieron más de 40 personas.
La recomendación, que fue criticada por Canadá, provocó que las autoridades canadienses solicitasen revisar el Reglamento Internacional Sanitario para evitar la imposición de prohibiciones de viaje.