Lo Último

.

.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Bersuit Vergarabat, la banda cuyas letras unieron generaciones y derrumbaron los paradigmas

Cuando el telón del Teatro Nacional de Caracas se abrió para recibir a Bersuit Vergarabat, no importó nada más. Todo pasó a segundo plano cuando sonaron los primeros acordes para rememorar los buenos y más enternecedores momentos que han hecho de esta agrupación una de las más queridas por los venezolanos, por compartir el espíritu liberador presente en cada una de sus líricas.
Las 800 personas que tuvieron la oportunidad de corear las canciones de “La Bersuit” en su concierto en el marco del Festival Suena Caracas, se olvidaron del entorno propio del caos citadino, para adentrarse a vivir dos horas de historias, anécdotas, risas y temas que permitieron a la luz de una estructura señorial, crispar el cuerpo de los fanáticos que esperaron el regreso de la agrupación.
El Teatro Nacional quedó pequeño ante el magnánimo recibimiento que tuvo la banda argentina de rock fusión, que en esta oportunidad vino para propagar el mensaje de paz que ha sido el principal tema que ha rodeado el mencionado festival.
“La música es algo milagroso, que hacen que varias generaciones puedan disfrutar de un mismo sentir y Bersuit, más allá de una banda de rock, es una banda popular que llegar varios estratos sociales y generaciones”, dijo Juan Subirá, tecladista de la Bersuit.
Quienes asistieron al concierto y tuvieron la oportunidad de disfrutar de la mezcla de ritmos donde predominó el rock, la cumbia, en compañía de los temas clásicos, vieron como se proliferó en una sola voz los temas que marcaron la historia de la agrupación. Este gesto fue recibido con reciprocidad y premiado con más de veinte canciones que arreciaron los ánimos y las apuestas por la paz en el país.

Una radiografía a la lírica: la música como mensaje por la paz

El vocalista Germán “Cóndor” Sbarbati, indicó que en esta ocasión que tuvieron para presentarse en Venezuela, tras su último concierto en abril que ofrecieron en la Plaza Diego Ibarra, la agrupación ha notado a un venezolano que lucha por seguir y mantener la paz.
Uno puede observar un pueblo que está en paz y viviendo con problemas como muchos de nosotros, los latinoamericanos, porque tenemos problemas y deudas pendientes, pero no es como se alude. Estados Unidos especialmente habla sobre un caos o una especie de situación de guerra civil”, dijo Gustavo.
Sin embargo, esta banda con 26 años de éxitos que les han permitido pasearse por los sinsabores de las persecuciones políticas, a causa de la carga social de sus letras, hasta llegar a convertirse en la voz de millones de personas identificadas con temas que se han convertido en himnos de protesta como “el Estallido”, pretende seguir nutriendo el mercado con líricas que vayan destinadas a reinventarse y seguir calando entre los jóvenes y adultos.
Es por ello que Alberto Verenzuela, guitarrista de Bersuit y venezolano por nacimiento, mantuvo la tesis de seguir llevando el mensaje irreverente que ha caracterizado a Bersuit Vergarabat desde su fundación, hasta su última producción discográfica, “el Baile Interior”, lanzada este año como una apuesta a los nuevos sonidos que quieren unir y divertir a las generaciones van por este mismo camino de la música.
Esto es gratificante, porque la música es liberadora. Conecta para el que quiere conectar. Viajar con música ayuda espiritualmente, más aún con una hermosa acústica y tocar en el país donde nací (…) Creo que aquí pudimos crear una atmósfera que nos permitió experimentar, creando más conexión y más intimidad”, acotó.
Para finalizar, los integrantes de la agrupación coincidieron que la vibra del venezolano, con su perspicacia son los recuerdos que se llevan de esta visita al país.
“En Venezuela nos llevamos el cariño y respeto de la gente. Es una alegría disfrutar de la música con personas que compartan esa pasión”, dijo Verenzuela.
Con las expectativas superadas, un público eufórico se despidió de la agrupación que les permitió por más de dos horas viajar y conocer otras culturas e historias, a través de una música que promete seguir cambiando la óptica de muchos con respecto a realidades en Latinoamérica, al ritmo de fusiones de cumbias, tangos, un poco de rock y algo de candombe.