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lunes, 1 de diciembre de 2014

NACIONALES

JVR: la oposición “no es opción, no motiva, no genera confianza. Al contrario, es la nada”

 El periodista José Vicente Rangel en sun columna “El Espejo” publicada en el diario Últimas Noticias señaló que no está planteado una transición en el Gobierno “porque la mayoría del país no la quiere” y acotó que “aquellos que la plantean responden a intereses muy particulares y a propósitos que no cuentan con asidero”.
Asimismo, indicó que “no hay razón alguna para que Maduro deje de ser presidente yVenezuela dé un salto al vacío cuya consecuencia sería el caos” y agregó que “pese a la crisis, no hay condiciones para una explosión de violencia popular”.
Además, sostuvo que la oposición “no es opción, no motiva, no genera confianza. Al contrario, es la nada“.
A continuación el texto:
1.- Según parece quienes fracasaron en el propósito de conducir a los venezolanos a una salida violenta, y remacharon su error con la guarimba, ahora apelan a otros recursos. En el fondo se trata de lo mismo: ejecutar el plan, coordinado con Washington, para acabar con el régimen constitucional venezolano y derrocar al presidente Maduro. Ahora recurren a otras máscaras. Plantean, por ejemplo, la transición como alternativa. O insisten, a través de los medios de comunicación, que el país está a las puertas de un estallido social de gran magnitud. Algo como un nuevo “caracazo”. Ninguno de estos planteamientos cuenta con posibilidades de éxito. Pertenecen a ese mundo de las conjeturas de sectores antidemocráticos en estado de desesperación, echadas a rodar sin fundamento. Algo muy propio de quienes viven a espaldas de la realidad y disfrutan con lucubraciones que producen éxtasis en grupos de derecha. En el refranero popular hay un dicho de grueso calibre que define, cabalmente, tales actitudes: “deseos no empreñan”.
2.- ¿Por qué no está planteada una transición? Sencillo. Porque la mayoría del país no la quiere. No le ve sentido. Aquellos que la plantean responden a intereses muy particulares y a propósitos que no cuentan con asidero. Una transición no es producto del voluntarismo de unos pocos. Responde, para que se pueda dar, a un vasto sentimiento nacional. Carece, además, de asidero jurídico, aspecto que hoy cuenta mucho en los venezolanos, en los que arraigó el respeto a la Constitución. Luego, porque Maduro ha demostrado condiciones para ejercer el cargo de presidente de la República. Logró sortear con éxito este año 2014 y resolvió situaciones críticas con serenidad y firmeza. A esto se agrega el masivo apoyo de calle que tiene y la lealtad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Por tanto, no hay razón alguna para que Maduro deje de ser presidente y Venezuela dé un salto al vacío cuya consecuencia sería el caos.
3.- El otro fantasma de los voceros de la derecha es el estallido social. El recordatorio del “caracazo” tiene un propósito desestabilizador. Pero lo cierto es que, pese a la crisis, no hay condiciones para una explosión de violencia popular. Ante todo porque existe una obra de la revolución que, con las fallas y errores que se le puedan imputar, priva como factor estabilizador. En el seno del pueblo no hay desesperación. Está visto que su respuesta a la crisis es democrática, por los canales institucionales, sin desbordamientos, con plena conciencia de los problemas y, al mismo tiempo, con esperanzas. Los intentos que hasta ahora hubo de forzar la barra para desencadenar un levantamiento en las calles -tipo guarimba- terminaron envueltos en el fracaso y repudiados por la colectividad.
4.- Al mismo tiempo, conviene precisar lo siguiente: ¿qué hay en la acera de enfrente? ¿Hay proyecto de país, hay programa, hay liderazgo, hay cohesión de los factores que integran la oposición, hay organización? Nada de eso existe. La oposición -hoy por hoy y en un futuro previsible-, no es opción. No motiva. No genera confianza. Al contrario, es la nada. O algo peor, el caos. Imaginar por un momento que el pueblo estaría dispuesto a anotarse en una aventura sin destino, a inmolarse en nombre de algo que no ofrece futuro, es una ilusión estúpida, reveladora de la mediocridad política que impera ese sector opositor. Las máscaras de nada sirven a los fantasmas y caen con facilidad.

“Sobre fantasmas y máscaras”
“El Espejo”
Por José Vicente Rangel
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