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domingo, 1 de marzo de 2015

BORGES Y EL VIOLINIST


En el último comité político del partido Primero Justicia, por cierto a casa llena, todos venían molestos e incluso tensos con las injustas acusaciones contra nuestro Coordinador Nacional Julio Borges, más aún con el ingrediente del secuestro, porque no tiene otro nombre, del alcalde Metropolitano, Antonio Ledezma

Mientras se desarrollaba el comité, los comentarios eran duros y emotivos, se pedían acciones inmediatas y contundentes, mientras que paralelamente, uno a uno de los asistentes, le daban su apoyo y el mayor reconocimiento a Julio
Borges al tomar la palabra, debo decir que con mesura y fortaleza, nos brindo la mejor clase de inteligencia emocional que hayamos podido recibir a lo largo de nuestra formación política. Nos llevo de vuelta al foco, al norte que debemos seguir sin desviaciones, cuando nos dijo: "nuestro camino no es sobre mi entorno ni lo que me pase, es sobre Venezuela y sus ciudadanos. Ustedes, aunque me metan preso, deben seguir al lado de la gente en las colas, en el barrio, en los hospitales y enfocados a la vez en las elecciones de la Asamblea Nacional. Ya que de obtener el triunfo, como estoy seguro que será si nos preparamos y trabajamos duro, todos los presos políticos e inclusive yo, saldremos en libertad"
Mientras nos hablaba con esa humildad  y clara visión, mentalmente me preguntaba, ¿Por qué Julio Borges no fue escuchado cuando advirtió que no debíamos retirarnos en las elecciones de Diputados en el 2005 o cuando señaló en febrero del 2014, que ni la salida, ni la Constituyente eran las vías adecuadas?
En ese momento recordé un artículo de un estudio organizado por periodistas del Washington Post con uno de los mejores violinistas del mundo, Joshuas Bell.
El mismo, consistía en que este hombre, que había tocado la noche previa en el Hall de Washington, a casa llena y siendo 100$ el costo del puesto más desfavorable en su concierto, tocaría al día siguiente las mismas piezas, pero esta vez en una de las estaciones más concurridas del Metro en el centro de Washington.
Joshuas Bell tocó por más de 45 minutos obteniendo tan sólo unas pocas monedas, únicamente se detuvieron a escucharlo, una profesora de música y un niño que estudiaba violín.  El resto de las cientos de personas que pasaron frente al maestro, apuradas, con sus angustias y preocupaciones, pasaron sin prestar atención. 
El estudio al final señalo, que debemos refinar nuestro oído para poder distinguir lo maravilloso de lo que no lo es, además demostró, que en la mayoría de los casos se requiere estar en un ambiente adecuado y tranquilo para poder escuchar y no solo oír, para comprender y concluir que esto es bueno o adecuado.
Y allí estábamos nosotros en ese salón, poniendo atención a ese visionario líder que siempre nos ha marcado el camino correcto, a ese violinista de la política que sus detractores siempre han tenido que reconocer que tenía razón. 
Dios quiera que antes que la situación en nuestro país pase a mayores, tengan la oportunidad de escuchar a Julio en un ambiente tranquilo e idóneo, para así poder comprender lo que este maestro de la política interpreta, o por el contrario,  refinar nuestros oídos para decantar lo importante, para que no tengamos que pagar nuevamente las consecuencias por no prestar la debida atención. 
@ShullyRosenthal
Concejal de Chacao.