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lunes, 13 de abril de 2015

Venezuela ocupa la franja verde del último mapa mundial del hambre de la FAO

 Las últimas estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indican que la reducción del hambre a nivel mundial continúa. Se calcula que unos 805 millones de personas estaban crónicamente subalimentadas en 2012-14, lo que supone una disminución de más de 100 millones en la última década.
Sin embargo, una de cada nueve personas de todo el mundo sigue careciendo de alimentos suficientes para llevar una vida sana y activa. La inmensa mayoría de esta población subalimentada vive en países en desarrollo, donde se estima que 791 millones de personas padecían hambre crónica en 2012-14.
Un compromiso político constante para la erradicación del hambreAunque en los países en desarrollo también se observa la mayor parte de las mejoras registradas en los últimas dos décadas (disminución general desde 1990-92 del número de personas subalimentadas, de 203 millones), cerca de uno de cada ocho habitantes de estas regiones (un 13,5 % de la población general) sigue careciendo de alimentación suficiente de forma crónica (Cuadro 1). En consecuencia, siguen siendo necesarios esfuerzos considerables para cumplir la meta del hambre del Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) para 2015, especialmente en los países donde se han registrado progresos inadecuados.
Vale la pena destacar que, en el mismo periodo (2012-14), la prevalencia de la subalimentaciónha descendido del 18,7% al 11,3% a nivel mundial y del 23,4% al 13,5% en los países en desarrollo.
Es posible alcanzar la meta del hambre del Objetivo de Desarrollo del Milenio 1 c) (ODM 1 c): reducir a la mitad la proporción de personas subalimentadas en los países en desarrollo para el año 2015. Sin embargo, el mundo en desarrollo no está cumpliendo la previsión de alcanzar el objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA) de reducir a la mitad el número de personas subalimentadas para el año que viene.
Pese a los progresos globales, persisten marcadas diferencias entre regiones. El África subsahariana es la región donde la prevalencia de la subalimentación es mayor,con avances apenas modestos en los últimos años. Cerca de una de cada cuatro personas de la región sigue subalimentada. Asia, la región más poblada del mundo, sigue teniendo el mayor número total de personas subalimentadas. El Asia meridional ha progresado lentamente en la reducción del hambre, mientras que se han logrado progresos más rápidos en Asia oriental y sudoriental. En esta última subregión ya se ha cumplido la meta del hambre de la CMA. América Latina y el Caribe en su conjunto alcanzó la meta del hambre del ODM1, mientras que América Latina ha cumplido el objetivo más exigente de la CMA.
Desde el período 1990-92, 63 países en desarrollo han alcanzado la meta del hambre del ODM y 25 países han cumplido el objetivo más exigente de la CMA. De los 63 países en desarrollo que han alcanzado la meta del hambre del ODM, 11 han mantenido la prevalencia de la subalimentación por debajo del 5 % desde 1990-92.
Un compromiso político constante al más alto nivel es requisito previo para la erradicación del hambre. El compromiso supone reservar a la seguridad alimentaria y la nutrición el primer lugar del programa político y crear un entorno favorable para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición a través de inversiones adecuadas, mejores políticas, marcos jurídicos, la participación de los interesados y un fundamento sólido de datos comprobados. También son necesarias reformas institucionales para promover y mantener los progresos. Tanto regiones como países han reforzado su compromiso político con la seguridad alimentaria y la nutrición.
La reducción del hambre exige un enfoque integrado que incluya los siguientes elementos: inversiones públicas y privadas para aumentar la productividad agrícola; mejor acceso a los insumos, la tierra, los servicios, las tecnologías y los mercados; medidas para el fomento del desarrollo rural; protección social para los más vulnerables, incluido el refuerzo de su resiliencia ante los conflictos y los desastres naturales; y programas específicos de nutrición para hacer frente a las carencias de micronutrientes en las madres y los niños menores de cinco años.
FAO, FIDA y PMA. 2014. El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2014. Fortalecimiento de un entorno favorable para la seguridad alimentaria y la nutrición. Roma, FAO.