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sábado, 18 de febrero de 2012

Artesanos mexicanos elaboran sombrero de charro para Benedicto XVI

Artesanos mexicanos elaboran sombrero de charro para Benedicto XVIArtesanos de San Francisco del Rincón, en el central estado mexicano de Guanajuato, elaboran un tradicional sombrero de charro que el arzobispo de León, Martín Rábago, entregará como regalo al papa Benedicto XVI durante su visita a México del 23 al 26 de marzo.

La pieza es de fieltro beige con rosas y la insignia del Vaticano bordadas a mano con hilo dorado. "Es un trabajo artesanal totalmente", contó a Efe María de la Luz Yépez Torres, propietaria de la sombrerería "Salazar Yépez", el taller familiar más grande de la ciudad, conocida como la "capital mundial del sombrero".

En un rincón del taller está sentada Gregoria Salazar, trabajando afanosamente en el bordado del sombrero. Ella es cuñada de María de la Luz y pieza clave en el negocio familiar.

Este no es el primer sombrero charro que Gregoria borda para alguien importante; hace ocho años hizo uno para el papa Juan Pablo II.

Pese a su experiencia previa, la emoción que le provoca hacer un trabajo tan especial le roba las palabras. "Me da mucho gusto, no hallo ni qué decir", confiesa.

Los artesanos batallaron para encontrar los insumos que requieren para el sombrero del Papa, cuenta María de la Luz.

"Ya no hay los mismos materiales que había hace ocho años. Ahorita se nos está complicando por el colorido; es un cordón totalmente metálico, y nos fue difícil encontrarlo", dice.

En el taller familiar están acostumbrados a fabricar unos 24 mil sombreros al año. Pero hechos totalmente a mano, como el que elaboran para el Papa, sólo producen tres o cuatro.

"No nos mandan a hacer mucho", explica María de la Luz. Y es que, agrega, la industria está en crisis pues en San Francisco del Rincón "prefirieron dedicarse al tenis".
El sombrero que regalarán al pontífice tiene una base de palma, a la que se le puso un forro de terciopelo, a diferencia del resto, que están hechos con cartón y fieltro.

La pieza cuesta unos cuatro mil pesos (313 dólares) en el mercado, pero que llegue a manos de Benedicto XVI no tiene precio, al menos para los fabricantes de sombreros de San Francisco del Rincón.

 EFE