Este miércoles, simpatizantes del presidente, Hugo Chávez se reunieron en el centro de la ciudad de Caracas para repudiar el golpe de estado de abril de 2002 y reiterar su apoyo al primer mandatario nacional, cuando falta apenas medio año para las elecciones presidenciales.
En ese puente peatonal y automotor, situado a pocos metros del palacio presidencial, en el centro de Caracas, murieron tiroteados el 11 de abril de 2002 varios de los 19 fallecidos que dejó el golpe de Estado de ese día.
“¡Vivan nuestros mártires de Puente Llaguno! ¡Viva la Revolución! ¡Abrazos a todos y a todas allá en Puente Llaguno! ¡Espérenme que ya casi salgo!” hacia Venezuela, indicó en su cuenta de la red social Twitter el gobernante, al confirmar que hoy regresará al país desde Cuba, donde recibe un tratamiento de radioterapia por el cáncer que padece.
El Puente Llaguno es un “lugar manchado de sangre venezolana derramada de forma alevosa” y también “manchado de infamia por una colosal maquinaria político comunicacional”, manifestó el periodista Ernesto Villegas, orador de orden en la ceremonia de hoy.
Villegas aludió así a un vídeo profusamente trasmitido desde entonces donde se aprecia disparando a varios manifestantes chavistas, quienes por ello fueron detenidos.
Los procesados fueron absueltos luego por la Justicia, al comprobarse mediante otros vídeos que dispararon contra agentes de la Policía Metropolitana y no contra manifestantes opositores, como se dijo en el vídeo inicial.
La violencia desatada entonces sirvió a dirigentes de la oposición y a militares para pedir la renuncia de Chávez, quien se entregó a los sublevados y fue trasladado a la isla caribeña La Orchila, desde donde fue rescatado el 13 de febrero de 2002 y regresado al cargo que ocupa hasta ahora y desde inicios de 1999.
Miembros del alto mando militar invocaron esas muertes para desconocer la autoridad de Chávez a través de una declaración que fue grabada, según se supo después, cuando todavía no había empezado la masacre.
Con información de EFE