EFE).- El diario cubano Granma recuerda hoy los diez años de la “ejemplarizante victoria popular” en Venezuela tras el golpe “fascista” de Estado contra Hugo Chávez en 2002, y reproduce el texto de la llamada que Fidel Castro le hizo al presidente venezolano durante aquel episodio.
Fidel Castro, entonces presidente de Cuba, contactó telefónicamente con Chávez en la medianoche del 12 de abril de 2002 y le sugirió que buscara un “trato honorable y digno” con los golpistas y preservara su vida y la de sus hombres más leales.
“No renuncies, exige condiciones honorables y garantizadas para que no seas víctima de una felonía, porque pienso que debes preservarte. Además, tienes un deber con tus compañeros.¡No te inmoles!”, le aconsejó Fidel Castro a Chávez en aquel momento.
El diario Granma, portavoz del gobernante Partido Comunista de Cuba, publica además en exclusiva fragmentos de un libro con testimonios y un “relato integral” de los hechos relacionados con el golpe, que ha sido escrito por el cubano Germán Sánchez, embajador de La Habana en Venezuela en 2002.En octubre de ese mismo año Chávez contó en una entrevista que estaba dispuesto a matarse para no caer en manos de los golpistas, cuando recibió la llamada de Castro pidiéndole que no se inmolara como hizo en Chile en 1973 el presidente Salvador Allende.
Ese libro, titulado “Abril sin censura”, será presentado mañana en Caracas con prólogo del exvicepresidente venezolano José Vicente Rangel.
El golpe de Estado del 11 de abril de 2002 sacó del poder durante menos de 48 horas al Presidente venezolano, que fue depuesto y llevado a la isla de La Orchila hasta que tropas militares leales lo restituyeron en la Presidencia el 13 de abril.
Cuando se cumple el décimo aniversario de ese episodio, el presidente venezolano se encuentra en Cuba, donde continúa el tratamiento de radioterapia que comenzó hace poco más de quince días, tras ser intervenido de un nuevo tumor canceroso el pasado 26 de febrero.
A continuación la transcripción de la conversación telefónica entre Castro y Chávez que aparecerá en el libro de Germán Sánchez “Abril sin censura”
A las 12:38 a.m., un edecán le dice “Presidente, tiene una llamada del Comandante Fidel Castro”. Chávez coge el teléfono de inmediato, algo ansioso.Desde temprano en la tarde del 11 de abril Fidel había estado tratando de comunicarse con él.Fidel enseguida se interesa por conocer la situación en ese minuto y Chávez le responde.-Aquí estamos en el Palacio atrincherados -comienza diciéndole-. Hemos perdido la fuerza militar que podía decidir. Nos quitaron la señal de televisión. Estoy sin fuerza que mover y analizando la situación.-¿Qué fuerzas tienes ahí? -le pregunta Fidel rápido.-De 200 a 300 hombres muy agotados.-¿Tanques tienes?-No, había tanques y los retiraron a sus cuarteles.-¿Con qué otras fuerzas cuentas? -inquiere Fidel.-Hay otras que están lejanas, pero no tengo comunicación con ellas -responde Chávez, en alusión al general Baduel y los paracaidistas, la división blindada de Maracaibo y las demás fuerzas leales.Fidel hace una breve pausa y con mucha delicadeza le dice: “¿Me permites expresar una opinión?” Y Chávez le responde de inmediato: “Sí”.-Pon las condiciones de un trato honorable y digno, y preserva las vidas de los hombres que tienes, que son los hombres más leales. No los sacrifiques, ni te sacrifiques tú -le dice Fidel con el acento más persuasivo posible.-¡Están dispuestos a morir todos aquí! -responde Chávez con énfasis y emoción.-Yo lo sé, pero creo que puedo pensar con más serenidad que lo que puedes tú en este momento -le añade Fidel sin perder un segundo, mientras Chávez lo escucha concentrado en cada palabra-. No renuncies, exige condiciones honorables y garantizadas para que no seas víctima de una felonía, porque pienso que debes preservarte. Además, tienes un deber con tus compañeros. ¡No te inmoles!Cuando Fidel le dijo estas últimas palabras, tenía muy presente la profunda diferencia entre la situación de Allende el 11 de septiembre de 1973 y la de Chávez en ese instante. El presidente chileno no disponía de un solo soldado. Chávez contaba con una gran parte de los soldados y oficiales del Ejército, especialmente los más jóvenes. Con esa idea crucial en su mente, Fidel le reitera al líder bolivariano: -¡No dimitas! ¡No renuncies!
Con información de Radio Mundial