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martes, 27 de noviembre de 2012

Iglesias cristianas imparten clases de tiro para atraer feligreses


Iglesias cristianas imparten clases de tiro para atraer feligresesEs uno de aquellos casos en que la realidad casi supera la ficción. Uno de los cómics más populares de Estados Unidos se llama 'Preacher'. Cuenta la historia de un predicador alucinado que recorre todo el país en busca de Dios y, a punta de pistola y otras armas, busca la purificación de las almas de los feligreses tentadas por el diablo.

Pues hace tres meses, sin que se sepa a ciencia cierta si los predicadores locales han leído los cómics, lo cierto es que han aparecido iglesias cristianas que, para atraer nuevos feligreses, les están ofreciendo cursos de uso y porte de armas de fuego. Son cursos de 10 horas, impartidos acorde a las reglas de los estados donde se encuentran las iglesias y que, al final, otorgan al nuevo feligrés una documento que le permite ingresar armado al templo y pasearse a sus anchas por todo el pueblo con el arma a la cintura.

El predicador Jeff Copley, de la aldea de Marengo, en Ohio, lo tiene claro. Para él es una cuestión de defensa y espiritualidad. "Jesús dice a sus discípulos que vendan su manto y compren una espada. Instruyó a su pueblo para que se prepara para defenderse a sí mismo. Es difícil de encontrar a alguien dentro de nuestra congregación que no dispare de alguna forma", dijo al diario digital 'The Daily'.

Copley asegura que su 'Iglesia de Cristo' ha desarrollado muchas actividades para atraer más gente: ha organizado fiestas y ferias, pero no ha logrado incrementar la membresía. Por eso se le ocurrió lo de impartir cursos gratuitos de uso de armas, porque "aquí todo el mundo dispara o caza".

La decisión de Copley no es única. Un poco por todo el país, principalmente en zonas rurales de estados como Carolina del Norte, Florida, Montana y Ohio, decenas de otras iglesias, enfrentadas a una cada vez mayor deserción religiosa, literalmente han hecho un llamamiento a las armas para atraer al rebaño de vuelta.


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