Lo Último

.

.

sábado, 9 de febrero de 2013

Rajoy publica su renta, pero solo desde que dejó el Gobierno de Aznar, en 2003


El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha decidido finalmente hacer públicas sus retribuciones y un resumen detallado de su declaración de la renta, pero solo desde 2003, el año en el que abandonó el Gobierno de José María Aznar, para hacerse cargo del PP, primero como secretario general y candidato a las elecciones y después como presidente, ya en 2004. Fuentes de La Moncloa señalan que el presidente ha hecho públicos 10 años de su renta, que es el doble de lo que habitualmente se analiza en una inspección fiscal, y consideran que en algún año había que cortar. Además, recuerdan que sí está incluida parte de la etapa de Rajoy en el Ejecutivo de Aznar, porque está el año 2003.



En los datos entregados, se puede comprobar la enorme diferencia que hay entre un líder d
el PP cuando está en la oposición o cuando llega al Gobierno. Rajoy estuvo en el Gobierno como vicepresidente hasta septiembre de 2003. Ese año cobró 120.000 euros, que si se le quita el sueldo del PP en esos últimos meses del año, 40.000 euros, se queda en 80.000. Sin embargo, desde que dejó el Ejecutivo, en los años 2004, 2005, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010 y 2011, el entonces líder de la oposición tenía unos ingresos totales que rondaban los 240.000 euros, que según él mismo aseguró en 2008 correspondían a unos 8.000 euros mensuales, 3.000 del Congreso y otros 5.000 del partido. Por tanto, Rajoy pasó de cobrar 240.000 euros en la oposición a unos 75.000 euros como presidente en 2012. Esta diferencia entre el Gobierno y la oposición se debe a que está completamente prohibido que los políticos cobren un plus de su partido cuando están en el Ejecutivo. Sin embargo en la oposición, no. Y Rajoy cobraba ese dinero todos los años en la oposición hasta alcanzar los 240.000 euros.
Por eso sería también relevante conocer las declaraciones de Rajoy antes de 2003. Si el presidente hubiera declarado cualquier cobro adicional al de ministro o secretario de Estado, sería regular para Hacienda, pero ilegal según la ley del Gobierno de entonces. Estos datos aportados por Rajoy no aclaran nada, como se esperaba, sobre los supuestos pagos al entonces vicesecretario del PP a partir de 1999 que figuran en los papeles de Luis Bárcenas, el extesorero del PP. Bárcenas apuntó pagos a Rajoy desde 1999 de unos 25.000 euros al año. Rajoy ha negado tajantemente que él haya recibido o entregado nunca dinero negro, aunque el PP no quiere ni siquiera entrar a analizar los papeles y las partidas allí registradas que sí se han comprobado como reales, ya que han sido confirmadas por los que recibieron esas cantidades. La mayoría de ellos han admitido que las recibieron en metálico.
Según la Ley del Gobierno vigente en esa época, algo que se mantiene y endurece en la actual, el sueldo de ministro, vicepresidente o presidente,los cargos que ha ocupado hasta ahora Rajoy, es incompatible prácticamente con todo. De manera que no era legal cobrar el sueldo del Gobierno y además un plus del partido. En el PP, es lo normal cuando están en la oposición –sueldo del Congreso y sueldo o sobresueldo del partido, muy superior incluso en el caso de la cúpula a lo que recibían como diputados-. Sin embargo, en el Gobierno eso no es legal. Por eso tanto Rajoy como la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que cobraban los sueldos más altos del PP cuando estaban en la oposición, aseguran que han dejado de cobrar del partido en cuanto han llegado a los cargos de presidente del Gobierno y de Castilla-La Mancha, respectivamente.
El Gobierno y el PP quiere dar mucha importancia política a este hecho inédito en la política española, aunque habitual en otros países, que consiste en que el presidente dé a conocer sus datos fiscales. Es un debate habitual en muchos países. La propia precampaña de EE UU estuvo dominada por la exigencia a Mitt Romney, candidato republicano,de que hiciera públicos esos datos ya que se sospechaba, como se confirmó, que había pagado una cantidad mínima de impuestos al tratarse de un empresario multimillonario que utilizaba ingeniería fiscal para pagar menos impuestos en sus empresas. Romney publicó datos parciales para demostrar que pagaba alrededor de un 14% de impuestos, una cifra muy inferior a la del ciudadano medio de EE UU y a las del propio Barack Obama.
Lo cierto es que en España ya hay, desde que se implantó en 2009, promovido por el PSOE entonces en el Gobierno, pero pactado con el PP, un sistema de transparencia de los ingresos de las personas públicas. Empezó el Gobierno de Zapatero, que dio a conocer todos los ingresos y bienes de los ministros, y siguió el Congreso. Tanto es así que los ingresos y la cantidad que el presidente pagó por IRPF en 2010 ya se conocían y están publicados en la web del Congreso.
Ahí se puede apreciar una cantidad enorme, casi 100.000 euros, en concepto de “dietas y gastos de representación”. En realidad, es un truco. Se trata de un sueldo puro y duro, el que pagaba el PP a Rajoy cuando era líder de la oposición, que se sumaba a su salario normal de diputado, de manera que el presidente ingresaba unos 8.000 euros al mes hasta que llegó a La Moncloa, según comunicó el PP. El truco consiste en llamar “gastos de representación” a lo que es un sueldo. Se hace así porque si no podría ser incompatible jurídicamente con el sueldo del Congreso, donde se exige dedicación exclusiva, o al menos habría que pedir permiso. Sin embargo, según el PP, aunque se le llame gastos de representación, estos ingresos cotizan en el IRPF como un sueldo normal –los gastos de representación y las dietas suelen estar exentos porque se supone que es dinero que uno justifica como gastado-. Esto es, solo se hace para esquivar posibles problemas en el Congreso. Un truco que prueba la particular y relativamente opaca fórmula con la que se gestionan hasta ahora los sueldos y pluses de los partidos. De hecho con el resumen de contabilidad que ha hecho público el PP no se puede saber ni cuánto se paga a sus dirigentes, ni cuántos empleados tiene, ni cómo se gasta realmente el dinero, a pesar de que, según han reconocido los populares, en un 95% sus ingresos derivan de subvenciones públicas.
Después del primer impacto tras la publicación de los papeles de Bárcenas en EL PAÍS, el presidente debatió mucho con su entorno más cercano cómo hacer frente al escándalo. La idea de publicar todas las declaraciones de la renta, aunque en realidad no tengan relación directa con los papeles de Bárcenas –sí la tendrían la contabilidad detallada del PP durante esos años, que los populares se niegan a hacer pública- estuvo desde el primer momento encima de la mesa.
En un principio, Rajoy desapareció de la escena pública durante 48 horas, dejó que fuera Dolores de Cospedal la que atendiera a la prensa y se quemara, y finalmente compareció pero a través de una pantalla de televisión, sin que los periodistas pudieran preguntarle. Todavía no ha contestado a ninguna pregunta en España, y ni siquiera ha habido sesiones de control en el Congreso desde que se publicaron los papeles. Eso sí, se ha visto obligado a contestar varias preguntas en Berlín y en Bruselas, donde no podía evitar atender a la prensa. Allí se ha mostrado esquivo e incluso cansado del asunto, y ha evitado en todo momento criticar a Bárcenas, como le reclama una parte del PP. Varios dirigentes sí lo han hecho, algunos incluso han pedido perdón por tener a un defraudador masivo al frente de sus finanzas, pero Rajoy no ha dicho una mala palabra sobre Bárcenas, ni de momento ha dado la orden al PP de querellarse contra él. Nunca, en estos cuatro años desde que estalló el caso Gürtel, se ha escuchado de Rajoy una mala palabra de su extesorero, al que el PP cuidó durante mucho tiempo, incluso después de que dimitiera, pagándole el abogado, dejándole usar su antiguo coche oficial, permitiendo que su antigua secretaria siguiera trabajando para él desde la calle de Génova o dejándole acudir a la sede a menudo, donde tenía además una sala especial, la Andalucía, reservada para sus documentos.
Ahora el PP sí parece alejarse de Bárcenas, en especial su secretaria general, María Dolores de Cospedal, pero Rajoy sigue sin criticar ni siquiera lo que ya está comprobado y reconocido por el propio extesorero, esto es que tenía una cuenta en Suiza que llegó a contar con 22 millones de euros. Muchos en el PP temen a Bárcenas, y el propio Rajoy tuvo que desmentir en 2009 que su extesorero le estuviera chantajeando: “Si he demostrado algo en mi vida política es que no me muevo por chantajes. A mí Luis Bárcenas no me ha chantajeado”, dijo en julio de 2009 en Málaga, en una de las pocas ocasiones en las que pronunció en público este nombre que trae de cabeza al PP hace cuatro años.

EL PAIS