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jueves, 27 de junio de 2013

A ULTIMA HORA 27 DE JUNIO

40.000 agentes vigilarán la frontera entre Estados Unidos y México

Una inversión multimillonaria, el doble de agentes destinados a vigilar la frontera entre Estados Unidos y México, uso de tecnología desarrollada en Afganistán para detectar la entrada de indocumentados y vigilar el tráfico de drogas y armas, aviones no tripulados y una base de datos biométricos de aquellos que intentan abrirse camino en el país.
Una de las últimas enmiendas añadidas a la ambiciosa ley para reformar el sistema de inmigración, que el Senado estadounidense puede aprobar la semana que viene, refuerza en gran medida la seguridad en la frontera con México. Este asunto, que ha dividido a demócratas y republicanos desde mucho antes de las últimas elecciones presidenciales y que inspiró nuevas tensiones durante las negociaciones de la reforma, puede ser ahora su salvación.
“Si repasamos la lista de cosas que los conservadores han exigido durante los dos últimos años, hemos logrado todas”, afirmó el senador republicano Marco Rubio durante una entrevista este martes en la cadena FOX News. “En la frontera, el muro obligatorio de más de 700 millas es algo que se ha pedido desde hace tiempo, al igual que la duplicación del número de agentes”.
El senador hispano insistió desde comienzos de año que la ley para la reforma migratoria sólo lograría el respaldo de los conservadores si endurece la seguridad en la frontera e impide así la llegada de nuevos indocumentados. El intento más ambicioso para reformar el sistema en los últimos 30 años ha terminado por incluir así exigencias como la creación de un “muro virtual” que separe EE UU de México.Rubio, uno de los republicanos que participó en las negociaciones preliminares del ‘Grupo de los Ocho’, justificaba así la aprobación este lunes en el Senado de una enmienda que destinará 30.000 millones de dólares a reforzar las medidas de protección y vigilancia en el límite con México. El texto también contempla destinar otros 8.000 millones de dólares del presupuesto federal a medidas de seguridad y 4.500 millones de dólares en tecnología.
La enmienda, aprobada este lunes con 67 votos a favor (entre ellos los de 13 senadores republicanos) incluye además una de las principales exigencias de los conservadores en los últimos años: duplicar el número de agentes que patrullan la frontera y extender su muro en las 700 millas restantes, de manera que esté vigilada las 24 horas del día, todos los días de la semana.
Diversas organizaciones en defensa de los derechos civiles han criticado al Partido Demócrata por acceder a lo que definen como la “militarización de la frontera”. El presidente Obama ya recibió duras acusaciones durante su primer mandato por aumentar el presupuesto de vigilancia fronteriza mientras abandonaba su apuesta por la reforma. Ahora una de las leyes que puede marcar su legado ha concedido uno de los deseos republicanos.
La Asociación por las Libertades Civiles considera que ley para la reforma tomó “un giro inesperado” con la aprobación de esta enmienda al ampliar la vigilancia “a niveles obscenos” y “sin precedentes”. “Esta inversión es un derroche, es innecesaria, carece de supervisión gubernamental y pone en peligro a todo aquel que viva, viaje o trabaje cerca de la frontera”, aseguró la directora de la organización en Washington, Laura Murphy.
Mientras, en la Cámara de Representantes, los republicanos intentan finalizar su propio proyecto para la reforma, aunque con menos éxito que el Senado. Este martes, uno de los favoritos del Tea Party y excandidato a la vicepresidencia en 2012, Paul Ryan, reconocía que la enmienda para la seguridad mejora las opciones de la legislación. “Creo que el hecho de que la frontera vaya a estar protegida y bajo control contribuirá mucho más a que tengamos una ley finalizada y que ésta llegue gracias a las medidas de seguridad”, aseguró en declaraciones a POLITICO.
El Senado votará este miércoles el cierre del debate sobre el proyecto de ley. De salir adelante, la Cámara Alta celebrará una votación histórica la próxima semana, justo antes del receso de verano en el Capitolio, y cumpliendo con las estimaciones más optimistas de los demócratas y del presidente Obama.
EL PAIS