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domingo, 19 de enero de 2014

El coche «made in USA» ya mira la crisis por el retrovisor

El año de la bancarrota de Detroit ha sido justamente el año de la completa salida del túnel del sector del automóvil estadounidense, que ha emergido de su propia bancarrota para convertirse inesperadamente en la punta de lanza de la recuperación económica de Estados Unidos. El sector fabricó en 2013 en el país 15,6 millones de coches y camiones, lo que supone un aumento del 7,6% respecto a 2012. Se trata de unas cifras que recuperan el nivel previo a la crisis y que son solo un suma y sigue, pues los fabricantes auguran unas ventas por encima de los 16 millones de unidades en 2014, con tendencia al alza los siguientes años. En 2009, en el fondo de la crisis, las ventas llegaron a caer en EE.UU. hasta los 10,4 millones de vehículos.
El salón de Detroit presenta este año múltiples novedadesEn el mundo, en 2013 se vendieron por primera vez en la historia más de 80 millones de vehículos, alcanzando los 82,8 millones –un incremento del 4,2% respecto a 2012–, gracias al aumento registrado en los dos principales mercados, EE.UU. y China. Algunas estimaciones creen que se llegará al listón de los 100 millones de unidades en 2018. «El año 2013 fue el año en el que General Motors y el sector del automóvil dejó los últimos trazos de la recesión en el espejo retrovisor, así que ahora podemos dedicar toda nuestra atención a las cosas que importan a nuestros clientes», declaró Kurt McNeil, vicepresidente de operaciones de GM para Estados Unidos, en el marco del Salón del Automóvil de Detroit, que se celebra estos días en esa ciudad de Michigan, en la frontera con Canadá.
General Motors y Chrysler fueron rescatados con dinero público -alrededor de 80.000 millones de dólares- de la bancarrota en la que entraron cuando llegó al crisis. Ford, el otro de los «Tres Grandes» de Detroit, donde tradicionalmente se ha concentrado la industria del motor estadounidense, acabó rehusando un rescate formal, pero también contó con ayudas para superar la situación adversa. El mes pasado, la Administración vendió el último paquete accionarial que le quedaba del rescate, dándose así por finalizada la excepcional crisis.
Los tres fabricantes de Detroit han concluido el año con buenos números. Ford espera cerrar sus cifras con unos beneficios antes de impuestos de 8.500 millones de dólares, mientras que, hasta el mes de septiembre, los de GM fueron de 4.800 millones y los de Chrysler, de 1.400 millones.
Todos los principales fabricantes en EE.UU. han conocido avances. Por orden de ventas, GM ha logrado un incremento del 7,3%; Ford, del 10,8%; Toyota, del 7,4%; Chrysler, del 9%; Honda, del 7,2%, yNissan, del 9,4%, por citar los principales. Las principales cuotas del mercado estadounidense corresponden a GM (17,9%), Ford (15,9%), Toyota (14%) y Chrysler (11,5%).
Por los que se refiere a las cifras mundiales, aunque Toyota aún no ha hecho públicas sus ventas de todo el ejercicio de 2013, se considera que el año pasado volvió a situarse por segundo año consecutivo en el primer puesto, superando ligeramente a GM. La compañía estadounidense fue líder mundial durante 77 años hasta que llegó al crisis en 2007. En 2008, 2009 y 2010 Toyota arrebató el trono, y en 2011 GM lo recuperó por un año. GM vendió en 2013 un total de 9,71 millones de vehículos en todo el mundo (de ellos, 3,23 millones en EE.UU). El tercer lugar global fue para Volkswagen, con unas ventas totales de 9,7 millones de vehículos, incluidos camiones pesados.
Las razones del aumento de las ventas de vehículos en Estados Unidos son la mejora del clima económico del país, la mayor fluidez en la concesión de unos créditos que se mantienen a bajo precio, el mayor atractivo de los productos y la tendencia al alza del «leasing» frente a la compra.
«Los precios de la vivienda se han moderado y eso es bueno porque transmite confianza a la gente. Las deudas están siendo pagadas y eso ciertamente hace sentirse a la gente con más dinero. Si a eso añades el tremendo número de nuevos productos en el mercado, la decisión de comprar se hace más fácil», analizó en el Salón del Automóvil de Detroit Steven Szakaly, economista jefe de la Asociación Nacional de Concesionarios de Automóvil.
La edad media del actual parque automovilístico de Estados Unidos es de casi doce años, lo que para muchos estadounidense adquirir un nuevo vehículo comienza a ser crecientemente necesario. El nuevo clima económico está haciendo que los bancos sean menos estrictos en la concesión de préstamos, aunque para muchos clientes lo óptimo no es tanto la compra como el «leasing». Esta fórmula de adquisición cayó al 12,6% del total de transacciones en 2009, en el peor momento de la crisis. En 2013 supuso el 23,3%, empleándose no solo para lograr un coche alta gama, sino también utilitarios de tamaño medio o incluso compactos. El resurgir del sector, a la cabeza de la economía del país, se explica porque obligatoriamente tuvo que pasar por una mayor transformación, según Szakaly. «Pasó por un declive más profundoy una reconstrucción también más profunda que otros sectores. Pasamos por dos bancarrotas y una completa restructuración». Esas necesidad llevó a aplicar a la nueva producción las novedades tecnológicas más avanzadas. Así, los todoterreno tienen ahora una gran eficiencia de combustible, y ventajas como sistemas de navegación que evitan las colisiones o música digital se han incorporado a muchas de las gamas. «Mientras 2013 fue una especie de año de transición para la economía, deberíamos ver un crecimiento más fuerte este año, y eso ayudará a la venta de nuevos vehículos», agregó Szakaly.
Los fabricantes norteamericanos miran con optimismo el futuro. La continuación en el aumento de población y la nueva suficiencia energética que puede alcanzar el país gracias especialmente a las nuevas técnicas de extracción de hidrocarburos, permiten buenas previsiones. «Todos los elementos fundamentales tienen buena pinta. Estados Unidos es verdaderamente un mercado en crecimiento para el sector», indicó en Detroit Steven Cannon, responsable de ventas de Daimler en EE.UU.
Una de las novedades del salón, al margen de las relativas a productos, es el anuncio realizado por General Motors de que a partir de marzo retomará el reparto de dividendos trimestrales, que había suspendido en junio de 2008, cuando se encaminaba a la bancarrota y requirió el rescate público. Una vez la Administración vendió en diciembre su participación en la compañía, GM se dispone a pagar treinta céntimos de dólar por acción, lo que a lo largo del año supondrá un total de 1.670 millones de dólares. Con ello devolverá algo de los casi 30.000 millones de dólares en efectivo que ha amasado desde que salió de la bancarrota.
«La dirección entiende que nuestros inversores deberían participar de este éxito y está satisfecha de poder anunciar un dividendo trimestral para nuestros accionistas», dijo Dan Akerson, presidente y CEO de la compañía durante los últimos tres años y que el miércoles cedió el puesto a Mary Barra, la primera mujer en dirigir una de las grandes compañías del motor en Estados Unidos. El dividendo de GM dobla los 12,5 céntimos que entrega Ford Motor, cantidad que incrementó en enero después de estar pagando diez céntimos durante 2013. Fordrestableció el reparto de ganancias en el primer trimestre de 2012, con cinco céntimos la acción, después de que a causa de la crisis lo hubiera suspendido en 2006.
El recobrado brío del motor no ha supuesto un incremento de laocupación en el área de Detroit. Si de 1970 a 2005, el sector había ocupado en la zona de modo estable a 413.000 personas, en 2012 la cifra había caído a 262.000. Por el contrario, han surgido nuevas factorías, a menudo de la mano de fabricantes extranjeros, en otros lugares del país. Así, fuera de Michigan, el número de empleos del sector ha aumentado hasta los 710.000.
La bancarrota de la ciudad de Detroit, que tiene unas deudas de unos 18.000 millones de dólares, no ha perjudicado el reclamo del Salón del Automóvil, conocido en inglés como el North American International Auto Show. A su edición de este año se han acreditado 5.000 periodistas y se esperan 800.000 visitantes. Se calcula que tendrá un impacto económico para el área de Detroit de unos 390 millones de dólares.
ABC