EE.UU. arremetió este lunes contra Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU por culpar a Ucrania del siniestro de la semana pasada del vuelo de Malaysia Airlines y por no hacer nada para evitar que los rebeldes manipularan los restos del avión y bloquearan la investigación internacional.
La embajadora estadounidense en la ONU, Samantha Power, se mostró muy crítica con Rusia en una intervención ante el Consejo de Seguridad, minutos después de que este aprobara por unanimidad una resolución pidiendo acceso al lugar del suceso para esclarecer lo ocurrido.
"Damos la bienvenida al apoyo de Rusia a la resolución de este lunes, pero ninguna resolución habría sido necesaria si Rusia hubiera usado su influencia con los separatistas" prorrusos de Ucrania, denunció Power.
El avión comercial, con casi 300 personas a bordo, se estrelló el pasado jueves en la región ucraniana oriental de Donetsk, escenario de combates entre las fuerzas gubernamentales y rebeldes prorrusos, quienes nada más producirse se acusaron mutuamente de ser responsables del derribo del aparato.
La embajadora estadounidense aseguró que el mundo no está sólo "escandalizado por el ataque en sí mismo, sino también por lo que ha ocurrido desde entonces".
Según Power, ha habido "una clara intención" de "obstruir la investigación", un comportamiento que "todo el mundo ha condenado", menos Rusia, criticó.
Además, la representante estadounidense rechazó que las autoridades rusas hayan culpado primero a los controladores aéreos ucranianos de la tragedia y, después, por sugerido que Ucrania pudo derribar el avión.
"Si realmente pensaran que Ucrania estaba envuelta en el derribo del vuelo MH17, con toda seguridad el presidente (ruso Vladimir) Putin habría pedido a los separatistas, muchos de cuyos líderes vienen de Rusia, que preservaran las pruebas", opinó.
El embajador ruso, Vitaly Churkin, respondió acusando a EE.UU. de estar mal informado y de convertir "la conversación sobre la tragedia en una farsa".
En la sesión del Consejo de Seguridad participaron, además de los embajadores de los países miembros, varios ministros de Exteriores de naciones afectadas por el siniestro, como Holanda y Australia.
La ministra de Asuntos Exteriores australiana, Julie Bishop, consideró que Rusia podría haber evitado la "contaminación" del lugar del impacto y la desaparición de pruebas y aseguró que su país no descansará para "asegurar dignidad, respeto y justicia" para los muertos.
Su homólogo holandés, Frans Timmermans, lamentó que Putin no haya mostrado hasta este lunes "un compromiso firme" en favor de la investigación internacional y aseguró que si Rusia no influye en los separatistas para que faciliten las pesquisas se verá cada vez más aislada de la comunidad internacional.
La embajadora estadounidense en la ONU, Samantha Power, se mostró muy crítica con Rusia en una intervención ante el Consejo de Seguridad, minutos después de que este aprobara por unanimidad una resolución pidiendo acceso al lugar del suceso para esclarecer lo ocurrido.
"Damos la bienvenida al apoyo de Rusia a la resolución de este lunes, pero ninguna resolución habría sido necesaria si Rusia hubiera usado su influencia con los separatistas" prorrusos de Ucrania, denunció Power.
El avión comercial, con casi 300 personas a bordo, se estrelló el pasado jueves en la región ucraniana oriental de Donetsk, escenario de combates entre las fuerzas gubernamentales y rebeldes prorrusos, quienes nada más producirse se acusaron mutuamente de ser responsables del derribo del aparato.
La embajadora estadounidense aseguró que el mundo no está sólo "escandalizado por el ataque en sí mismo, sino también por lo que ha ocurrido desde entonces".
Según Power, ha habido "una clara intención" de "obstruir la investigación", un comportamiento que "todo el mundo ha condenado", menos Rusia, criticó.
Además, la representante estadounidense rechazó que las autoridades rusas hayan culpado primero a los controladores aéreos ucranianos de la tragedia y, después, por sugerido que Ucrania pudo derribar el avión.
"Si realmente pensaran que Ucrania estaba envuelta en el derribo del vuelo MH17, con toda seguridad el presidente (ruso Vladimir) Putin habría pedido a los separatistas, muchos de cuyos líderes vienen de Rusia, que preservaran las pruebas", opinó.
El embajador ruso, Vitaly Churkin, respondió acusando a EE.UU. de estar mal informado y de convertir "la conversación sobre la tragedia en una farsa".
En la sesión del Consejo de Seguridad participaron, además de los embajadores de los países miembros, varios ministros de Exteriores de naciones afectadas por el siniestro, como Holanda y Australia.
La ministra de Asuntos Exteriores australiana, Julie Bishop, consideró que Rusia podría haber evitado la "contaminación" del lugar del impacto y la desaparición de pruebas y aseguró que su país no descansará para "asegurar dignidad, respeto y justicia" para los muertos.
Su homólogo holandés, Frans Timmermans, lamentó que Putin no haya mostrado hasta este lunes "un compromiso firme" en favor de la investigación internacional y aseguró que si Rusia no influye en los separatistas para que faciliten las pesquisas se verá cada vez más aislada de la comunidad internacional.
EFE