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martes, 16 de diciembre de 2014

BBC Mundo: ¿Por qué Chile está instalando cajeros automáticos en sus comisarías?

El país más seguro de Latinoamérica, según cifras del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (Pnud), decidió instalar hasta 60 dispensadores de dinero de su banco estatal en el interior de las sedes policiales. En la etapa inicial se habilitarán 12 en torno a la capital, Santiago.
Es una medida transitoria que el gobierno de Michelle Bachelet anunció este mes, en medio de una polémica con la banca por la responsabilidad en la seguridad de los cajeros automáticos.
Y que no dejó satisfechos a muchos en el país sudamericano.
“La delincuencia ha aumentado al extremo que los cajeros están en comisarías”, recalcó un exministro, hoy en la oposición política.
“No es el país donde queremos vivir”, es el comentario que se repite en redes sociales, junto a chistes y memes sobre la nueva labor de custodia de las máquinas de dinero asumida por los Carabineros chilenos.
“La idea es poner cajeros en lugares vulnerables, donde no hay; es un paliativo y por poco tiempo”, defendió la medida Rodrigo Valdés, presidente del BancoEstado, que maneja las cuentas bancarias de 6,4 millones de personas y donde se realiza el 46% de las transacciones del sistema.

Alunizaje, oxicorte y otros métodos de robo

El 7 de diciembre, cuando comenzó a funcionar el primer dispensador en una comisaría, losclientes del banco aparecieron en la prensa valorando la sensación de seguridad y la posibilidad de contar con dinero en efectivo en sectores donde los cajeros de la banca privada no llegan.
“No es lo ideal, pero es más seguro”, comentaba una mujer mayor saliendo de la comisaría.En Chile, como en el resto de Latinoamérica, la percepción de inseguridad es mayor a las cifras reales de delincuencia.
Pero el país tiene también la menor tasa de homicidios del continente y bajos niveles de robo, según cifras del Pnud.
¿Por qué entonces los cajeros terminaron en las comisarías? ¿Y por qué, para algunos, esta parece ser la mejor opción?
Durante 2014 hubo 367 intentos de robo de cajeros automáticos en Chile. Aunque Carabineros logró frustrar más de 200, al menos 115 tuvieron éxito.
Las autoridades chilenas hablan de “mutación y perfeccionamiento” en el robo a los cajeros.
Las técnicas del “alunizaje” –estrellar un automóvil para acceder al cajero-, el “laceo” –arrancar los dispensadores- o el “oxicorte” –abrir las gavetas de dinero- dieron paso a una seguidilla de robos por explosiones de gas para hacer volar, literalmente, las máquinas y sus billetes.

Inseguridad

Los robos, algunos de ellos protagonizados por grupos bien coordinados que fingían accidentes o lanzaban “miguelitos” (alambres doblados) en su huida, causaron alarma pública.
La preocupación coincidió con la entrada en vigencia, a fines de 2013, del decreto que exige a los bancos reforzar la seguridad de los cajeros con grabación de imágenes en alta definición; empotrar, blindar los dispensadores o entintar los billetes en caso de robos, y renovar el 30% de la red con aparatos más seguros.
Los bancos calcularon los costos en más de US$60 millones. El número de dispensadores bajó de 9.000 a 8.000 durante el 2014.
En el proceso, los usuarios empezaron a encontrarse frecuentemente con carteles en los cajeros con las leyendas “sin dinero” o “fuera de servicio”.
La situación se hizo crítica en septiembre, para las fiestas patrias chilenas. Cuando la mayoría del país aumenta su gasto por las celebraciones, los cajeros marcaron un récord de tiempo sin dinero, según un artículo publicado en noviembre en Bloomberg.
Cuando el gobierno emplazó a la banca a garantizar la provisión de efectivo, la Asociación de Bancos respondió: “Chile no es un paradigma de seguridad”.
Fue el punto más alto de la controversia, en un país donde una reforma tributaria recién aprobada ha tensado los ánimos entre gobierno y empresarios.

Ganancias privadas, pérdidas sociales


El gobierno ha insistido a los bancos que en esta materia, “no se puede privatizar las ganancias y socializar las perdidas”. Los giros en cajeros representan un costo para los usuarios y un ahorro para los bancos. Además, dan visibilidad a las empresas financieras y favorecen servicios asociados, como los créditos.Chile es la única de las economías latinoamericanas “grandes” (incluyendo Brasil y Argentina) donde el número de cajeros ha ido a la baja en los últimos meses.
Hoy, la Asociación de Bancos chilena realiza una campaña donde reconoce que los cajeros han causado problemas ” a todos en el último tiempo” y llama a los usuarios a tomar medidas preventivas respecto a horarios y montos a retirar.
Asegura, además, que habrá “menos cajeros, pero más seguros” y que en el futuro disminuirán las operaciones a través de efectivo.
“En una industria de riesgo, la seguridad privada tiene que complementar la seguridad pública”, declaró el subsecretario de Prevención del Delito, Antonio Frey.
“Son unos 8.000 cajeros, es imposible poner un carabinero de punto fijo en cada uno”.
No ha sido posible con 8.000, pero sí con los primeros 12 que llegaron –por seis meses, dicen las autoridades- a las comisarías capitalinas.
Algunos reparan que no se puede usar recursos públicos, como los policiales, para la banca. El gobierno responde que los cajeros no representan un gasto extra en las oficinas policiales: si los cajeros están en el antejardín de la comisaría, no hace falta asignar un funcionario policial específico para su custodia.