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martes, 16 de diciembre de 2014

La falta de respuesta adecuada amenaza con volver crónica la crisis del ébola

(Dakar, 16 de diciembre. EFE).- La actual epidemia del ébola está lejos de ser resuelta, alertan organismos como el Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr) o Médicos Sin Fronteras (MSF), para los que la falta de una respuesta adecuada y a largo plazo acarrea el riesgo de que se convierta en una crisis crónica.
“Hay una tendencia a cantar victoria demasiado rápido y un riesgo de entrar en situación de crisis crónica, sin centenares de muertes a la semana o al mes, pero con brotes que surgirían en la periferia de las ciudades o en otras regiones”, declaró a Efe el director adjunto de operaciones del CICR, Christopher Martin.
El representante del organismo internacional recalcó que ese escenario “plantearía el problema de cómo responder y garantizar el esfuerzo constante de la comunidad internacional y de los donantes de fondos”.
La actual epidemia, que ha afectado principalmente a Guinea, Liberia y Sierra Leona,contabiliza ya más de 17.000 contagios, más de 6.000 de ellos mortales, según los datos de la Organización Mundial de la Salud.
En cuanto se supere la situación de urgencia, la respuesta, en opinión de Martin, debe surgir ante todo a nivel estatal, porque su hipotética explosión y prolongación en el tiempo “sobrepasa ampliamente la capacidad de intervención de los organismos internacionales”.
Como a menudo sucede en toda crisis importante, según destacó Martin en el foro internacional de Dakar sobre paz y seguridad en África -que fue inaugurado ayer y se clausura hoy-, la disposición de medios financieros y logísticos plantea menos interrogantes que la existencia de un personal sanitario formado.
A su juicio, la actual epidemia ha reflejado además la carencia de un liderazgo efectivo, que permita coordinar esfuerzos, fijar prioridades y evitar la puesta en marcha de “una respuesta puntual y no global”.
Según Stéphane Doyon, coordinador de operaciones de MSF, estamos “ante una crisis sanitaria sin precedentes respecto a la propia enfermedad y a su extensión” desde que se detectó por primera vez en 1976, con un impacto directo en el sistema sanitario de países en los que este ya presentaba dificultades.
“No hay que bajar la guardia”, advirtió el experto, para quien la inacción y el retraso en la actuación de las autoridades locales y de la comunidad internacional han sido factores clave en su falta de control.
Para el secretario general de la Presidencia de Guinea, Naby Youssouf Bangoura, aunque todavía es demasiado pronto para extraer lecciones definitivas, sí se pueden perfilar ya las “reformas indispensables”.
Entre ellas, la creación de un mecanismo que gestione las crisis transfronterizas y de una agencia sanitaria con la logística necesaria para intervenir sin demora, la integración del Ejército como “elemento de respuesta estratégica” y la inclusión de las crisis sanitarias en las políticas de planificación gubernamental.
La ministra de Sanidad de Senegal, Awa Marie Coll Seck, hizo hincapié además en que la responsabilidad no se puede achacar en exclusiva a los países africanos.“Si no se anticipan los posibles escenarios, el tiempo en que cada uno los asume es un tiempo perdido”, señaló el representante guineano en el panel dedicado en la capital senegalesa al tratamiento de este problema.
“Quien está enferma no es solo la gobernanza africana, sino la gobernanza mundial”, concluyó Coll, para quien superar una crisis y prevenirla requiere mayor transparencia y un enfoque “multisectorial”.