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miércoles, 4 de julio de 2012

Las células sanas que rodean a un tumor contribuyen a que las células cancerígenas se vuelvan resistentes a la quimioterapia, según dos investigaciones estadounidenses que publica hoy la revista científica "Nature". En muchos tipos de cáncer, los tratamientos personalizados han logrado erradicar las células cancerígenas en el laboratorio, pero sólo han conseguido una respuesta parcial en los pacientes, por lo que los investigadores tratan de averiguar a qué se debe esta resistencia. En las dos investigaciones colaboraron expertos del Instituto Broad, del Instituto Dana-Farber y del Hospital General de Massachusetts (Boston, EEUU), que creen haber encontrado la respuesta fuera del tumor, en el entorno que le rodea, según explicó a Efe Ravid Straussman, autor principal de uno de los dos artículos. Según Straussman, las células sanas que forman parte del microambiente del tumor contribuyen a que las células cancerígenas crezcan y sobrevivan a pesar de la quimioterapia. El equipo de Straussman averiguó de esta forma una de las razones por las que la reacción de pacientes con melanomas avanzados tras recibir tratamientos como el fármaco Vemurafenib no es tan buena como los científicos esperan. "Podemos extraer células cancerígenas de un melanoma, ponerlas en un plato de laboratorio y la mayoría se vuelve extremadamente sensible a las sustancias, pero eso no es lo que vemos en pacientes", afirmó Straussman. Para llegar a esta conclusión, los expertos cultivaron células cancerígenas tanto por separado como junto a células normales y las sometieron a distintos medicamentos contra el cáncer. Observaron que las células que crecían aisladas de las normales morían al recibir el tratamiento, mientras que aquellas que se cultivaron junto a células normales se volvieron resistentes a la mitad de las 35 sustancias que se les aplicaron. EFE


La quimioterapia desacelera el crecimiento de una célula cancerígenaSu función es combatir células cancerígenas que se encuentra en nuestro organismo. De solo escuchar la palabra nos lleva al temor, al rechazo y a otros sentimientos. La quimioterapia o “quimio” como se le suele decir, es un tratamiento que usa una serie de medicamentos cuya finalidad es combatir  y destruir las células cancerosas que atacan al organismo.

Este procedimiento puede utilizar un solo medicamento o una combinación de varios para que,  juntos,  tengan un mejor  efecto y ataquen un mayor número de células malignas, así como evitar que el cáncer se vuelva resistente a una de las medicinas.

Entre los fármacos que cumplen esa función están los agentes alquilantes, antimetabolitos, antraciclinas, los alcaloides, los inhibidores de la topoisomerasa y otros agentes antitumorales

La quimioterapia está indicada usualmente para combatir el cáncer que se ha propagado a otras partes del cuerpo (metástasis) y también para desacelerar el crecimiento de tumores cancerígenos. Si bien este tratamiento mata células malignas también afecta a células sanas, sin embargo estas últimas se recuperan solas.

Los efectos de este tratamiento en algunas personas son náuseas, vómitos, modificación del olfato y del gusto, en ocasiones los alimentos que solían ser agradables se pueden tornar amargos solo por efectos de la “quimio”.

Dependiendo del tipo y magnitud del cáncer, la quimioterapia se usa para curar el cáncer, evitar que este se propague, matar células malignas, desacelerar el crecimiento de la neoplasia y aliviar los síntomas causados por la enfermedad. 

Finalmente es el médico oncólogo quién determinará el tipo de quimioterapia que recibirá la persona afectada por el cáncer.



RPP