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sábado, 22 de septiembre de 2012

Egipto: Mubarak nunca sufrió una trombosis cerebral


El doctor Ihsan Kamil George, máximo responsable de Medicina Forense de Egipto, asegura que el derrocado presidente egipcio Hosni Mubarak no sufrió una trombosis cerebral el pasado mes de junio.

En una entrevista divulgada hoy por diario oficial "Al Ahram", el galeno subrayó que "el médico privado del antiguo mandatario presentó un informe en el que se aseguraba que Mubarak había sufrido al menos seis trombosis cerebrales".

"Pero cuando fue sometido a escáner, quedó demostrado que el expresidente nunca padeció algo así", agregó.

Mubarak, cuyo estado de salud era objeto de especulación desde hace años, fue trasladado el pasado 19 de junio desde la cárcel de Tora, en El Cairo, a un hospital militar tras agravarse su frágil salud.

Los informes divulgados a la prensa entonces afirmaban que el dictador, de 84 años de edad, había sufrido una trombosis cerebral, seguida de un ataque cardiaco.

En esa fecha circularon informaciones contradictorias sobre su estado de salud, y algunas apuntaron a que Mubarak había entrado en muerte clínica, aunque semanas después mejoró y regresó a la cárcel para seguir cumpliendo su condena a cadena perpetua.

En este sentido, el forense también negó que el ex mandatario hubiera sufrido graves complicaciones pulmonares, tal y como también aseguró su médico personal.

"Cuando le examiné, estaba claro que no mostraba síntomas de complicaciones pulmonares, ya que su respiración era estable y ni siquiera había una bombona de oxigeno en su habitación, por lo que escribí un informe diciendo que Mubarak no necesitaba ser trasladado del hospital de la cárcel a otro", señaló George.

El médico forense presidió el equipo de profesionales que examinó al depuesto autócrata a petición de la Fiscalía General para determinar si su estado de salud permitía que regresara al presidio, como así ocurrió.

El expresidente egipcio ingresó el pasado 2 de junio en prisión, después de ser condenado a cadena perpetua por su complicidad en la muerte de manifestantes durante las revueltas que llevaron a su renuncia, en febrero de 2011.

EFE