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martes, 23 de septiembre de 2014

INTERNACIONALES

Sólo Jordania admite su participación en los bombardeos contra el EI en Siria

Sólo Jordania ha reconocido su participación, junto a EEUU, en los bombardeos contra posiciones del Estado Islámico (EI) en Siria esta madrugada. El resto de los países árabes involucrados guarda silencio sobre esta operación que abre un nuevo frente en la lucha contra los yihadistas. Aunque el portavoz del Pentágono no precisó sus nombres, poco después un comunicado militar ha confirmado las filtraciones periodísticas que mencionaban a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Qatar.
“Hemos golpeado al terrorismo en su guarida para proteger la seguridad y la estabilidad de Jordania, y para prevenir que el terrorismo alcance al reino”, ha declarado el ministro jordano de Información, Mohamad al Momani, citado por Al Jazeera.
La contribución de los aliados árabes es clave para legitimar la campaña estadounidense contra el EI. Tanto Arabia Saudí como Emiratos tienen unas fuerzas aéreas modernas y dotadas de cazabombarderos de última generación, F-15 norteamericanos y Eurofighters en el caso de los saudíes y Mirage 2000 franceses y F-16 norteamericanos los emiratíes. Además, tanto EAU como Qatar ya tienen experiencia de haber participado en una operación internacional en Libia en 2011.Al Momani también ha dicho que los bombardeos van a continuar en los próximos días y que han participado cuatro países árabes, incluido Jordania. Los otros tres serían, según Reuters, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin, aunque la función de cada uno de ellos en la operación militar no está clara. La agencia, que menciona como fuente a un funcionario estadounidense sin identificar, añade que Qatar sirvió de apoyo para las operaciones aéreas. Un comunicado del Mando Central de las Fuerzas Armadas de EEUU (CENTCOM) ha confirmado poco después la colaboración de esas cinco naciones.
Sin embargo, las monarquías de la península Arábiga han sidocautelosas en mostrar abiertamente su apoyo a EEUU en la campaña contra los yihadistas. Por un lado, los gobernantes se muestran escépticos sobre el alcance del compromiso de Washington, con quien mantienen crecientes diferencias sobre cómo hacer frente a los cambios que se están produciendo en Oriente Próximo. Por otro, temen las represalias de los extremistas e incluso la eventual reacción de sus poblaciones si el plan se desvía de su objetivo bien porque cause demasiadas víctimas civiles o porque termine ayudando a la causa de Irán en la región.
EL PAIS