La vacuna contra la tos ferina pierde su eficacia cinco años después de la quinta dosis, que se administra a niños de entre 4 y 6 años, según un estudio publicado este miércoles en el diario New England Journal of Medicine (NEJM).
"Los resultados indican que hay que repensar las medidas de control de la tos ferina (...) y prevenir futuras epidemias revisando las vacunas actuales para obtener una inmunidad de más larga duración", explicó el doctor Nicola Klein, principal autor del estudio y codirector del centro de estudios de vacunas Kaiser Permanente, un establecimiento estadounidense de cuidados médicos.
Esta primera investigación en una muestra importante de niños, mayoritariamente vacunados contra esta infección respiratoria desde el nacimiento y que han alcanzado la quinta y última dosis de vacuna, fue capaz de medir la evolución de la protección de la vacuna en el tiempo, precisaron los autores.
Realizado en California (oeste de Estados Unidos) entre 2006 y 2011, el estudio cubre la epidemia de la tos ferina desde 2010 cuando, en este Estado, afectó a más de 8.000 personas y durante la que murieron 11 bebés.
Los investigadores compararon a 277 niños de entre cuatro y 12 años que dieron positivo por tos ferina con 3.318 niños que dieron negativo con el fin de evaluar el riesgo de infección luego de la quinta dosis de la vacuna.
Y descubrieron que el riesgo de contraer la enfermedad aumentaba un 42% cada año tras la quinta dosis.
El grado de protección luego de cinco años depende en gran medida de la eficacia inicial de la quinta y última dosis, señalan los médicos.
El organismo federal estadounidense de los Centros para la Prevención y Control de la Enfermedad recomienda cinco dosis de esta triple vacuna para la tos ferina, los tétanos y la difteria.
Las tres primeras dosis se administran a los dos, cuatro y seis meses, la cuarta entre los 15 y 18 meses y la quinta cuando los niños comienzan a ir a la escuela, a los entre cuatro y seis años. AFP