EFE-Las autoridades de Filipinas elevaron hoy a 20 el número de muertos a causa de las inundaciones y las lluvias torrenciales provocadas por la tormenta tropical "Trami" en el norte del país.
Según el Consejo Nacional de Gestión y Prevención de Desastres, 46 personas se encuentran heridas y otras cuatro continúan desaparecidas debido a la tormenta, que entró en el archipiélago hace una semana y se dirige ahora hacia Taiwán.
Más de 1,9 millones de personas se han visto afectadas por las riadas, de las que unas 200.000 se encuentran alojadas en unos 675 centros de evacuación facilitados por el Gobierno sobre todo en la isla de Luzón.
Las inundaciones aún se mantienen en una veintena de municipios, mientras que otras localidades luchan por superar los daños causados por los corrimientos de tierra.
En Manila, que ha llegado a estar anegada en más de la mitad de su superficie, la actividad comercial comenzó ayer a volver a la normalidad con la apertura del mercado financiero, colegios y oficinas gubernamentales.
Según los registros del servicio meteorológico filipino, en los últimos días cayó en la capital cerca de un 30 por ciento más de lluvia que el total del promedio mensual de agosto.
Según el consejo nacional de desastres, los daños en infraestructuras y agricultura ascienden a 97 millones de pesos (2,1 millones de dólares o 1,6 millones de euros).
Las ONG y agencias gubernamentales han gastado de momento más de 28 millones de pesos (más de 630.000 dólares o 430.000 euros) en ayuda humanitaria y medicinas para los damnificados.
El chabolismo, la acumulación de basura en el alcantarillado y las malas infraestructuras convierten en desastres las lluvias monzónicas que todos los años causan numerosas víctimas en Filipinas.
Según el Consejo Nacional de Gestión y Prevención de Desastres, 46 personas se encuentran heridas y otras cuatro continúan desaparecidas debido a la tormenta, que entró en el archipiélago hace una semana y se dirige ahora hacia Taiwán.
Más de 1,9 millones de personas se han visto afectadas por las riadas, de las que unas 200.000 se encuentran alojadas en unos 675 centros de evacuación facilitados por el Gobierno sobre todo en la isla de Luzón.
Las inundaciones aún se mantienen en una veintena de municipios, mientras que otras localidades luchan por superar los daños causados por los corrimientos de tierra.
En Manila, que ha llegado a estar anegada en más de la mitad de su superficie, la actividad comercial comenzó ayer a volver a la normalidad con la apertura del mercado financiero, colegios y oficinas gubernamentales.
Según los registros del servicio meteorológico filipino, en los últimos días cayó en la capital cerca de un 30 por ciento más de lluvia que el total del promedio mensual de agosto.
Según el consejo nacional de desastres, los daños en infraestructuras y agricultura ascienden a 97 millones de pesos (2,1 millones de dólares o 1,6 millones de euros).
Las ONG y agencias gubernamentales han gastado de momento más de 28 millones de pesos (más de 630.000 dólares o 430.000 euros) en ayuda humanitaria y medicinas para los damnificados.
El chabolismo, la acumulación de basura en el alcantarillado y las malas infraestructuras convierten en desastres las lluvias monzónicas que todos los años causan numerosas víctimas en Filipinas.