La presidenta argentina, Cristina Fernández, aseguró hoy que el suyo es un país desarrollado "espiritualmente", donde no se discute si dar o no asistencia sanitaria a millones de personas.
"Cuando uno ve que en el país más desarrollado del mundo, en el que se supone debería haber estándares de salud, donde todavía se discute si le van a dar a salud o no a millones de personas, entonces yo también me considero entonces un país desarrollado, pero además desarrollado espiritualmente", afirmó Fernández.
"Estoy segura de que ningún argentino de bien puede discutir si vamos a ayudar a millones para que tengan una salud digna. Sin embargo, en otros lados se está discutiendo eso", dijo la mandataria, en referencia a las discusiones presupuestarias en Estados Unidos.
En un acto en la localidad bonaerense de La Matanza, Fernández afirmó ayudar a los más vulnerables es un "ejercicio de solidaridad" que no solo es un mandato político sino también "un mandato cristiano".
"Muchas veces siento hablar de Dios o del Evangelio, pero a Dios y al Evangelio hay que ponerlo en práctica junto a los más vulnerables y los que más sufren, como dice el Papa", sostuvo.
"Vamos a ir por otra década más de desarrollo para consolidar el crecimiento y profundizar los cambios y que nunca más seamos como el cangrejo. No quiero más un país cangrejo, que da dos pasos para adelante y veinte para atrás. Quiero un país siempre para adelante", añadió la presidenta.EFE
"Cuando uno ve que en el país más desarrollado del mundo, en el que se supone debería haber estándares de salud, donde todavía se discute si le van a dar a salud o no a millones de personas, entonces yo también me considero entonces un país desarrollado, pero además desarrollado espiritualmente", afirmó Fernández.
"Estoy segura de que ningún argentino de bien puede discutir si vamos a ayudar a millones para que tengan una salud digna. Sin embargo, en otros lados se está discutiendo eso", dijo la mandataria, en referencia a las discusiones presupuestarias en Estados Unidos.
En un acto en la localidad bonaerense de La Matanza, Fernández afirmó ayudar a los más vulnerables es un "ejercicio de solidaridad" que no solo es un mandato político sino también "un mandato cristiano".
"Muchas veces siento hablar de Dios o del Evangelio, pero a Dios y al Evangelio hay que ponerlo en práctica junto a los más vulnerables y los que más sufren, como dice el Papa", sostuvo.
"Vamos a ir por otra década más de desarrollo para consolidar el crecimiento y profundizar los cambios y que nunca más seamos como el cangrejo. No quiero más un país cangrejo, que da dos pasos para adelante y veinte para atrás. Quiero un país siempre para adelante", añadió la presidenta.EFE